Koe no katachi (A silent voice)

Taichi Ishidate y Naoko Yamada (2016)

 

Antes de comenzar mi crítica voy a soltar, como dicen los jóvenes, un facto: El mejor momento del día para disfrutar una película es por la mañana. Seguro que esta afirmación sorprende a más de uno pero así es. Recién levantado estás perfectamente descansado y con la mente fresca para poder prestar toda tu atención. Esto por supuesto aplica también a ir al cine. Ir al cine por la mañana es lo mejor que hay.

Dicho esto voy a lo verdaderamente importante: ¿Por qué en todos lados traducen el título como A silent voice cuando en la propia película aparece hasta en dos ocasiones el rótulo The shape of voice? A mi que me lo expliquen.

Ahora ya sí, puedo comentar la peli.

Tremendo drama. Estoy seguro de que en unos meses, cuando haya olvidado el 90% de la trama, todavía perdurará esa sensación de que apenas hay escenas sin algún personaje llorando, especialmente en el último tercio de película.

Aun así me ha gustado. Me parece que trata el tema del bullying de forma bastante guay, no solo desde el punto de vista de la víctima o el buleador, sino también poniendo el foco en el entorno “cómplice” y cómo cada uno de esos personajes lidia con el daño causado.

QUIERO REPARAR LO QUE DESTRUÍ.

Esa frase sale un par de veces escrita en el cuaderno, y al menos en mis subtítulos se ve en mayúsculas. Asumo que en el texto original también y creo que tiene todo el sentido porque de eso va la peli, o así la he interpretado yo.

No me gusta ser dualista, pero no estoy muy inspirado así que voy a tirar de la tan manida fórmula de que en el mundo hay dos tipos de personas: las que creen que la gente puede cambiar y las que no cambian.

Los que dicen que la gente nunca cambia me dan mucha pereza. En general me parecen personas que simplemente han decidido que no van a realizar ningún esfuerzo por cambiar sus conductas (de mierda, generalmente). En este equipo tenemos a una de las alumnas, que no contenta con continuar con el acoso años después, intenta ridiculizar al protagonista y convencerle de que siempre será como ella.

El prota, en cambio, me gusta mucho. Ha sido un imbécil, sí. Y ha causado mucho dolor. Pero con el tiempo ha sido consciente del daño que ha hecho y trata de enmendarlo, o al menos compensarlo de alguna forma. Él si ha cambiado. Ha madurado y tiene que ver con eso, con identificar esas cosas que no le gustan de si mismo e intentar modificarlas para no caer en los mismos errores. Luego lo hará mejor o peor, porque cambiar siempre es difícil, pero al menos está en el camino correcto.

Lo de ella también es heavy, que hasta siente culpa por el malestar de su acosador. Pero ese debate lo dejo ya para quien quiera tenerlo con unas cervezas delante, porque me estoy alargando demasiado y no quiero ser un chapas.

Perdón por la intensidad, pero como dije al principio, me he visto esta peli bien temprano y tengo la cabeza funcionando a todo trapo.

No sé qué ocurre en mí pero no soy capaz de conectar con las películas de animación japonesas, lo he intentado varias veces pero la unión de unos dibujos que no me convencen mucho con unas historias siempre hiper edulcoradas… no es mi estilo. Dicho esto, seguiré intentándolo cada vez que propongáis este tipo de pelis en el club del cine.

A lo que íbamos. Lo que menos me ha gustado: la complacencia de Nishimiya, sus ganas de perdonar y de poner la otra mejilla. Tal vez esa niña debería haber visto más películas de estilo revenge y haber tirado ella misma a su bulleador a la fuente. Por cada audífono perdido, una paliza de vuelta. Algo así. Ya supongo que no es el carácter de los japoneses.

También reconozco que me he perdido con la trama un poco, al final hasta he tenido que acudir a la Wikipedia. Es una película larga pero la trama es bastante enrevesada, avanza muy rápido y no te da ni tiempo a entender las motivaciones de cada personaje. Se pasa de la crueldad a la culpa al perdón al intento de suicidio a la amistad en un abrir y cerrar de ojos, y no da tiempo al espectador a ir comprendiendo cada acción.

Veo que A silent voice tiene muy buena nota y críticas, y no logro entender el porqué. Para mí es simplemente una peli pasada de rosca y un poco facilona en cuanto a sentimientos. Voy a destacar como lo mejor de la película cuando Shouya se quita los zapatos al entrar en casa aunque esté viendo a su amiga a punto de tirarse por el balcón. Creo que ese momento resume toda la idiosincrasia de la película, y si me apuras, de Japón.

Un dato random: resulta que el idioma de signos también es diferente en cada país. Yo pensaba que al menos en esto la gente se había puesto de acuerdo.

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