Past lives

Celine Song (2023)

 

La estructura del guion no puede estar mejor, es clásica y no necesitamos más: planteamiento, nudo y desenlace con ellos crecemos junto a los personajes encerrados en una trama principal: el amor y el tiempo.

A pesar de ser una película con poco diálogo, en la que no hace falta decir mucho para transmitirlo todo, logra una catarsis a través de la epopeya del amor y es que ¿Quién no ha estado ahí alguna vez?

Me parece digno de alabar la personalidad de Arthur ya que se podía haber caído en el cliché de marido celoso/posesivo/noteenterasdenada pero no. Arthur es un hombre al que no le asusta mostrarse frágil, ni hacer preguntas incómodas, deconstruido y con inteligencia emocional. Qué fácil hubiera sido odiarle y desear que Nora corriera a los brazos de Hae Sung pero no, esa sería otra película.

Una película sin grandes pretensiones, sencilla, con una fotografía fina y mucho sentimiento. Para mí es redonda.

En cuanto a con qué personaje me identifico…es complicado, pero diría Nora no por cómo es ella o lo que vive si no porque veo en Arthur el reflejo de mi novio. Ooohhhhh, puke rainbows.

Llevo meses escuchando maravillas de esta peli e inevitablemente me había creado unas expectativas difíciles de cumplir.

¿Me ha gustado? Sí. ¿Es Past lives esa película que, como he llegado a escuchar, redefine y moderniza el género romántico? No, tampoco nos flipemos.

Me da rabia porque estoy seguro de que la habría disfrutado más si no hubiera sabido nada de ella previamente, porque tiene elementos que siempre me gustan, como la ausencia de un final satisfactorio (entendiéndose como el típico happy ending de historia de amor) o unos personajes alejados de estereotipos, cuando sería muy fácil caer en ciertos clichés.

Contestando a Pam, creo que precisamente por lo bien escritos que están, es fácil empatizar con todos y sentirse identificado con cada uno de ellos en algún momento. Pero si realmente soy alguien en esta película, es esa persona fuera de plano que se pregunta si esos desconocidos en un bar son una cita tinder.

Respecto a la película, hay una parte que me interesa y es el cómo trata el paso del tiempo, cómo dependen las relaciones del momento vital de cada persona y cómo a veces son incompatibles por una cuestión puramente física como es la distancia. Todos esos what if que dejamos sin explorar porque la vida va de tomar decisiones.

Por otra parte me parece que, en contraposición con esa visión madura de la vida y las relaciones, también nos cuelan un buen surtido de los viejos mitos del amor romántico. En este caso es la vaina esa coreana del in-yeon, pero bien podría ser el hilo rojo japonés que une a dos enamorados o la (supongo) versión occidental de la media naranja. Al final es el mismo relato del amor verdadero, el de dos personas destinadas a estar juntas no matter what.

Unos mitos que hacen bastante daño, y a los hechos de la película me remito: en la que Hae Sung no es capaz de disfrutar plenamente de su vida (incluidas sus otras relaciones) por la obsesión que tiene con Nora, con la que tiene una relación que se resume, más allá de la infancia compartida, en hablar por skype unas semanas en más de 20 años.

Creo que es justo decir que, a esas alturas de la vida, ni siquiera se conocen. Y sin embargo Arthur sabe (y no creo que sea casualidad que sea escritor) y así se lo dice a ella, que es una historia con la que él no puede competir. Porque algo así es muy potente en nuestro imaginario. Y por eso Nora llora al final, porque aunque es bastante consciente de todo lo que está pasando, duele igual.

Y por eso el final nos pega fuerte a nosotros también, porque aunque no hayamos empatizado mucho con esa historia de amor, ataca a todos esos mitos que tenemos tan bien interiorizados y que no hay quien se los saque de encima del todo, oye.

Puedo llegar a entender las pasiones que ha levantado esta película, pero personalmente no he conseguido compartir ese entusiasmo al 100%. Y creo que ha sido por dos motivos principales:

  1. La he visto bastantes meses después de su estreno, es decir, después de haber un tiempo considerable leyendo reseñas y críticas que la ponían por las nubes. Así que mis expectativas estaban muy muy altas. Esto no es culpa de la película, lo sé, y quizá si la hubiera visto sin haber sabido absolutamente nada sobre ella mi sensación sería diferente, y no un un pues está bien, pero no es para tanto.

  2. No me identifico especialmente con ninguno de los 3 protagonistas. Entiendo que es una película en la que al común de los mortales sí le ha pasado, y de ahí su éxito, pero no es mi caso. Creo que con quien más me identifico es con esas personas que en la primera escena apuestan sobre qué tipo de relación existe entre las tres personas que tienen delante, en la barra del bar. Yo sería esa gente.

Esto no quiere decir que no me haya gustado, es que siempre me resulta más fácil empezar y desarrollar lo “negativo”, así que ahora paso a lo que sí: me ha parecido una buena película, sencilla, sin pretensiones, entretenida, bonita, con buenas interpretaciones y con un guión muy cuidado que en algún momento sí ha conseguido pellizcarme un poquito la glotis. Ese You dream in a language I don’t understand va a pasar a los anales de la historia de las citas cinematográficas más heartbreaking, eso es así.

Además, Past Lives nos enseña una Nueva York más allá de Times Square y la Estatua de la Libertad, y eso me gusta. Cómo me gusta ver Manhattan desde Brooklyn. Y bueno, es que viví allí y además sale una imagen muy bonita del sitio donde se casó mi primo, datos que no aportan nada a esta reseña pero que a mí me hace ilusión dejar por escrito.

Me habría gustado más si se hubiera profundizado en la cuestión identitaria, las consecuencias y secuelas de dejar el país en el que has nacido y pasado tu infancia para irte a otro con una cultura totalmente diferente. Sí he sentido que está presente en toda el metraje, pero quedando siempre por detrás del hilo principal, que no es otro que la idea del amor romántico (no soy muy fan de la teoría de los In-yeons, y mucho menos de los ¿Y si…?).

Le iba a poner 3 estrellas, pero es que me ha venido a la mente esa última escena, ese llanto de Nora, el abrazo de Arthur… Y todo lo dicho en el último párrafo lo mando al carajo.

¡Qué delicadeza absoluta se respira en la obra de Celine Song! El punto central que la convierte en una obra imprescindible es la sutileza con la que nos cuela todos esos y sís que dejamos por el camino y que idealizamos y cómo a la vez retrata de la forma más tangible la realidad de una relación, sin desmerecer ninguna. El abanico de matices es tan amplio que no cae en el drama de todo o nada en el que suelen caer las películas románticas. Por eso se hace muy difícil no sentirse en la posición de cada uno de los personajes en algún momento concreto.

Y dentro de esos sís y relaciones inconclusas está la habilidad de escoger cada palabra de un magnífico guion y sobre todo la maestría de hablar con los silencios y las miradas. Menuda escena final la del Uber.

¿Con cuál de los tres personajes te identificas en este momento de tu vida?

Con la pareja que trata de discernir a las 4 am en un bar de Nueva York que clase de parentesco tienen dos asiáticos y un tipo amargado.

Como he dicho antes, si que me identifico con muchos momentos concretos, aunque no especialmente con ninguno de los tres personajes pero sí tengo que jugar… ver una la peli que te ha recomendado la chica que te gusta al segundo de decirtelo. Sí soy.

Una buena experiencia viendo la película, una bonita historia bien empaquetada. Es muy concreta, en el sentido de que, más allá de la relación de los tres personajes principales no se muestra nada. Esto para mí ha sido un arma de doble filo porque se queda todo muy bien cercado pero los personajes quizás se quedan un poco planos y falta alguna explicación.

Aunque claramente la película está hecha desde una óptica muy occidental, sí que deja entrever algunas de las cuestiones ultra toxicas de la cultura Coreana (y Japonesa) sobretodo en cuestiones de auto-exigencia y trabajo, eso sí siempre dándole una pátina de un buen barniz hollywoodiense para que no solo se intuya el horror que tiene que ser vivir en esas sociedades (al menos para el que escribe).

En cuanto al trío sentimental sobre el que gira la trama, la chica ambiciosa que tiene muy claro desde los 12 lo que quiere para su vida, el ingeniero de software coreano que pertenece al pequeño ejército de su empresa y de su grupo cerrado de amigos, y el chico judío brooklyniano de todas las salsas, todo bien. La primera parte de la película que gira en torno a la construcción de ese amor idealizado de la pre –adolescencia es muy efectiva. Que guay sería que se quedara ahí no? Luego la gente cambia y eso también es un marrón gestionarlo (ahí hay otra Peli, de nada CINE ESPAÑOL). La segunda parte, cuando Coreano HOT visita a Coreana Artista me parece más ciencia ficción aunque también funciona. El guion y todas las conversaciones que hay en esa parte son lo que hace que esa parte de la historia aguantara mi interés muy bien. Pero, eso de ver las calles de Nueva York así de limpias me indigna, más ciencia ficción ahí que en Star-Trek (Solo al final de la peli salen unas pocas bolsas de basura en la calle –ver abajo)

Como me he visto en el lugar de los dos personajes masculinos, no de manera tan épica, tengo buena turra que dar. Creo que si hubiera habido una escena de Arthur con sus amigos hablando de la situación libremente un poco en contraposición con Hae Sung y los suyos hubiera sumado puntos. La posición de Arthur es un solo conflicto aunque se muestra la parte de la inseguridad que siente me falta también esa parte más violenta y de odio hacia Hae Sung, al final hay una complicidad y una intimidad ahí de la que no eres participe y la parte irracional de las personitas que somos hace ver eso como una amenaza (a eliminar- been there como veis)

En el caso de Hae Sung hay un doble conflicto, uno que no se desarrolla mucho, pero que también es interesante es el de… “vuelvo a hablar con esta persona después de que unilateralmente decidiera dejar de hablarme sin, qué me aporta, me volverá a hacer daño?” Cuando se ven por primera vez de paseíto por Brooklyn hay una ventana a eso pero por lo demás se sobrentiende que él escoge volver a exponerse a eso (been there done that) Luego está ese segundo conflicto que es a ver hasta dónde puedo estirar la complicidad esta que tenemos para arrimar el ascua a mi sardina (nunca mejor dicho)

Para ella un párrafo aparte, más difícil de elucubrar para mí en este caso, al no ser yo mujer y tener un total de cero ambiciones vitales del tipo “ganar no sé qué”. Entiendo ver la emigración como algo potencialmente bueno sobre todo si sales de Corea pero no entiendo que te puede llevar a generar una relación emocional tan fuerte a distancia con una persona que no ves desde que eres una niña y luego generar un desapego tan repentino sobre todo cuando se ve que la integración den la vida norteamericana ha sido total. Luego la gestión de todo el viaje y de cómo se comunica con el novio es un gustazo ojalá todo fueses así en la vida real.

PS me gustan mucho estas pelis que empiezan denote un punto intermedio o casi final de la película para luego llegar a eso. Es un poco cliché pero me reconforta, es como una a hamburguesa con patatas.

Team Arthur

Con Past Lives me pasa algo similar a lo que sentí con La La Land: cada conversación y cada plano me llevan irremediablemente a sentirme protagonista.

Y no porque me crea Ryan Gosling ni porque creciera en Corea, sino porque de alguna manera apelan a una parte de mi cerebro que está continuamente activa, la de las vidas que pude vivir, la de todos esos caminos cortados por árboles, prohibidos por otras personas o simplemente desechados por mi mismo. Es en ellos en los que, cuando miro a ciertas personas, me veo reflejado.

Me pasa con Past Lives que me recuerda, sin sus locas pretensiones, a Las Posibles Vidas de Mr. Nobody, aquel terremoto que dejó grabado una frase en mi memoria: “El humo sale del cigarrillo de papá, pero nunca vuelve a entrar. No podemos volver atrás. Por eso cuesta elegir”.

Elegir, de eso trata un poco todo y de eso trata, por supuesto, Past Lives. En una película con una premisa maravillosa pero que tiene, al menos para mí, un enorme problema: nunca conecté con él, nunca conecté con ella. Y en una película tan íntima y melancólica, si no llegas a arrancarte la piel a cada instante, algo no funciona.

Eso sí, hay dos minutos, o tres, o diez que son absoluto y total cine. Esos del final cuando todo se queda en silencio y somos nosotros, todos y cada uno, los que imaginamos lo que va a suceder, lo que debe suceder, lo que debería suceder. Una mirada, un taxi y una maleta que nunca volverán. Y por eso es siempre así la vida, porque tenemos que elegir.

Preguntaban cuál es el personaje con el que me identifico, y diría que ninguno. Pero si que tengo una cosa clara, no hubo un solo segundo de la película en el que no pensara en mi Past Lives.

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