Pacifiction

Albert Serra (2022)

 

Llevo un rato leyendo valoraciones a esta película y estoy totalmente impresionada con la capacidad de la gente para extraer conclusiones.

¿De qué va? No lo sé. ¿Se unieron los seres humanos del planeta Tierra solo para hacerme creer que esta película es imprescindible y fue la mejor del 2022? Espero que solo para eso no. Pero, ¿acaso no llevo dos años con muchas ganas de verla para acabar dándole tan solo una estrella? Rotundamente sí. ¿No ayuda nada verla con ansiedad? Desde luego que no.

Albert Serra es ese tipo insufrible egomaníaco que se piensa un genio, pero por eso mismo quería ver algo suyo, y Pacifiction parecía el inicio apropiado. Pero no.

A los 45 minutos he escrito mi primera anotación en la app de notas: “no tengo claro haber entendido de qué va, todo es muy raro, la gente habla muy calmada y respetando los turnos”. Un rato después empezó a aparecer una mínima música de thriller que me sorprendió. “¿Perdón? ¿Debería estar en tensión y no me he enterado?” Supongo que sí. La hipnosis (porque no hay otra palabra para definir esta peli) me duró hora y media, y me parece más que suficiente. Durante esa hora y media presté atención, me interesó la bruma que envuelve todo, las imágenes crepusculares y los colores. Luego ya me entretuve en mirar el traje blanco de De Roller e intentar adivinar qué hacía Sergi López por ahí y si su personaje pintaba algo.

Me esperaba una película de excesos, un Sorrentino catalán, un Torrente del s. XXI, y ahora que lo pienso, no tengo ni idea de por qué. En realidad todo va de un juego de poder, burocracia, conversaciones eternas veladas, lentitud de cojones. Y la última hora se me ha hecho insufrible.

Me juego mi brazo izquierdo a que el 90% de personas que le han dado más de 4 estrellas son hombres.

Francia lo ha vuelto a hacer, sin duda cumple con los clichés del Chauvinismo gabacho. Lo más impresionante de esta película es cómo en cada escena te involucras menos en la red de personajes y acontecimientos de la trama y te empiezas a plantear la teoría cuántica que de la relatividad del tiempo.

Esta película es como un personaje de un juego de rol que no ha equilibrado bien sus estadísticas. Se centró demasiado en los aspectos artísticos, como los colores, las caracterizaciones, los planos y la ambientación, descuidando por completo todo lo demás. Si la historia es confusa y los personajes aparecen sin explicación, se pierde todo el interés. Lo que es esta película es un bodrio pretencioso del que te desconectas rápidamente. Para mí, la experiencia fue una secuencia de imágenes, que a ratos parecía interminable, con unas personas extrañas en un entorno que solo transmitía cierta pena y sensación de decadencia.

La historia detrás de este despropósito está más allá de mi comprensión. Los elementos están ahí: personajes, guion y trama, pero esto es para una película lo que una lechuga para un menú del día. No creo que la trama sea mala de base, pero el desarrollo lento, los interminables paseos en Mercedes y del Mercedes a las puertas de los sitios, escenarios estrambóticos, y diálogos sacados de un manual de como aburrir al personal hacen que pierdas el interés. En la primera hora de la película todavía mantenía la esperanza, pero después del quinto paseo y el noveno personaje que no entendía su función, desconecté por completo. Hacia el final de la película, aceleré el reproductor a 1,2x y la última escena a 2x porque tenía cosas mejores que hacer, como mirarme las manos.

Podrían haber soltado la bomba en el minuto uno y habernos ahorrado todo este pesar.

El club del cine es lo más parecido a un club de Harakiri que conozco solo hay una diferencia: el Harakiri me dolería menos. Dicho esto, comencemos.

La primera vez que puse Pacifiction en casa Dani, tras diez minutos, dijo: Bueno, yo me voy al gimnasio. Estoy deseando leer esa crítica. Cuando volvió tuve que performar que se había perdido un peliculote. #pillada

Su segundo visionado no ha mejorado mucho al primero. Toda la película es una crítica al hedonismo cosa que me parece, cuanto menos, curiosa porque ES UNA PELÍCULA HEDONISTA.

Chicxs chicxs, tranquilxs, si lleváis la mitad de la película y no os estáis enterando de mucho no os preocupéis, los actores tampoco. Están ahí escuchando padeciendo monólogo tras monólogo. Turrifiction. He leído por ahí que la mayoría de los diálogos son improvisados, QUÉ. Lo que me faltaba. Cojo de las solapas….no, solapas no porque Albert Serra luce cara de llevar cuello mao. Cojo de la pechera a Albert y le digo: tu es un scélérat, ne me fais plus ça. Ya sabéis que a Albert le tienes que hablar en Francés porque repudia todo producto español.

Mi estrella va a la fotografía. A los paisajes. A Tahití. ¡Cómo iba querer volver Gauguin! Ahí sí que me quedo embobada.

Sigo pensando que el mejor producto audiovisual que nos ha dado Albert Serra fue ese directo de Instagram, vía Filmin, en mitad de la pandemia. La mejor comedia que he visto nunca.

En nuestro primer año en Zinemaldia, Jorge y yo vimos a la salida de un cine a un chaval muy enfadado con la película que acababa de ver, contándole a alguien por teléfono lo decepcionado que estaba. Entre todo lo malo que dijo, pudo rescatar algo bueno con una frase que siempre recordamos y que me vale para resumir Pacifiction: Los colores bien.

El resto de la propuesta no he acabado de entenderla. Según la sinopsis es un thriller, pero no he tenido esa sensación en ningún momento por mucha música de tensión que suene (en escenas bastante random, por cierto). Y la historia que nos cuenta no solo es que sea aburridísima, es que está contada de una forma tan rara que no genera el más mínimo interés.

Más bien es una sucesión de conversaciones eternas y anodinas, paisajes naturales y escenas que bien podrían definirse como sketches de comedia (sin gracia) como la escena con el prota bajo la lluvia y el otro tío comiendo cacahuetes mientras le mira. ¿Qué coño fue eso?

Si hay alguna forma de disfrutarla, cosa que yo no he conseguido, creo que es dándole todo el peso al apartado audiovisual y tomándosela más como una especie de viodeclip que como una película.

Es la segunda vez que me aproximo a ver Pacifiction. Ambas dos por obligación. En la primera ocasión me fui al gimnasio. Gracias o por culpa de este blog le he tenido que dar una segunda oportunidad. No me oculto, me he dormido dos veces con ella puesta, asi que la he acabado viendo dividida en cuatro capítulos. A pesar de la fragmentacion serial y de ciertas lagunas causadas por el sueño, me creo capaz de criticarla, francamente aunque la vieras al x2 no creo que notaras mucha diferencia.

Comienzo el primer capitulo pensando lo bellisima que es Tahití, los bellísimos planos de la isla, la decadencia de los ambientes interiores. Me duermo. En el segundo capitulo pienso: por qué todos los planos parecen pasados pro el filtro Valencia. Me duermo. En el tercer capitulo pienso: cuánto habla este señor, cuanta palabrería. Me aburro. En el capitulo final solo puedo pensar en cuánto valdrán todos los trajes del señor que no se calla, incapaz de pensar en la trama de la pelicula. 

En resumen, aunque creo que la pelicula es bellisima y tiene unos planos increibles, no me preguntéis de que iba, no podré responder. Asumo mi parte de culpa, estoy seguro que en el cine esta película SI me habría gustado, pero cada pelicula está  hecha para disfrutarse de una manera concreta y esta semana no era la semana de Pacifiction. Igual que Nomadland solo la pude ver en el cine y atado por la amenaza de Pamela de dejarme si me iba, Pacifiction es una pelicula que tienes que querer ver.

Para terminar diré que la mejor obra de Albert Serra es el propio personaje que él performa dia a día. No necesito mas ficción que él mismo.

Le doy un dos porque como video promocional de Tahití o como anuncio de trajes de lino me sirve

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