Baby driver

Edgar Wright (2017)

 

Lo típico que conoces a un chico que te gusta, quedas con él dos veces y a la tercera le ves matar a un pavo delante tuyo y decides huir con él porque te pareció buen chaval y un poco misterioso. I guess that’s love.

La verdad es que he sentido vergüencita viendo a estos dos ligar, aunque reconozco que las escenas coreografiadas como si fueran bailes me han gustado. De hecho diría que es de lo poco que me ha gustado hasta que me he dado cuenta de que la peli tampoco se estaba tomando demasiado en serio a sí misma y me ha hecho reír un par de veces en la parte final, que ya era una chorrada tras otra.

Lo más grave es que la piedra angular se suponía que era la música y la banda sonora me ha parecido un rollo. Estoy seguro de que con unas canciones más acordes a mis gustos la hubiera disfrutado mucho más.

De los personajes poco tengo que comentar, más allá de que parecen sacados de una fantasía incel en la que un chaval sin ninguna habilidad social encuentra al mayor pivón de la ciudad, por alguna razón se fija en él (volver al primer párrafo) y decide que tiene que ser salvada. Well.

De Kevin Spacey diría que actúa bien si no fuera porque a estas alturas ya parece obvio que ese papel de manipulador sin escrúpulos (House of Cards vibes) no es tanto un papel si no más bien su personalidad.

Ah, y mi plano favorito ha sido el del faro del coche apagándose. Cool.

Mala, mala, mala.

Pero mala, mala.

Pero nivel cómo se ha prestado Lily James a hacer esto.

Y además pensé que era obvio que es una película mala pero he ido leyendo cosas por ahí y parece ser que no, que en general se toma como una película entretenida, con sus momentos de tensión y coches chulísimos. O sea que supongo que es problema mío, que cualquier película con testosterona por encima de la media ya no la tolero.

Porque el elenco es bueno, no lo dudo, lo único es que así para empezar el actor protagonista fue acusado de abuso sexual a una menor y Kevin Spacey… bueno, pues lo que ya sabemos, más de lo mismo. Del actor protagonista tengo algunas cosas que decir, para empezar, que se nota que han pagado una buena cantidad de pasta por el borrado de su “polémica” en Internet. Ahora si buscas en Google, tardas un poco en encontrar su mierda. Otra cosa es que no entiendo por qué se llama Ansel Elgort pudiéndose llamar Angel Elsort. Y otra cosa es que sí, tiene cara de buen chico y puede encajar con su personaje, pero es un poco actorcillo mediocre, ¿no? esa charla en la cafetería cuando intenta ligar con Debora es puro cringe. Además es una película que tiene actores que bailan y cantan bien y lo han desaprovechado bastante, a mi juicio, y eso que todo gira en torno a la música.

Hay dos cosas que me han desquiciado muchísimo y no puedo pasar por alto: una, los flashbacks. Mira que hay películas que recurren a este recurso y creo que nunca había visto unos tan malos (bueno, sí, en Blonde). Y dos, todos los personajes femeninos. En serio que no se salva ni uno. Diría que el director no ha conocido a una mujer en su vida, pero supongo que no es verdad porque ya sabemos que los hombres tienen madres y les encanta recalcarlo, véase lo de los flashbacks. Bueno, en fin, que todas las mujeres son floreros, que están únicamente para ser deseadas y que además Lily James espera al prota a que salga de la cárcel NADA MENOS QUE CINCO AÑOS. Cuando recordad, se han visto durante aproximadamente una semana y se han dado un total de dos besos (y muchas promesas, eso sí). Como remate está también lo piadoso que es Baby según las víctimas. “Oh sí, me devolvió a mi bebé cuando me robó el coche, qué buena persona es”. SEÑORA CÉNTRESE.

Lo mejor, sin duda, la música, y ni siquiera es para tanto. Me alegro de que Baby Driver termine con la canción Baby Driver, como tenía que ser.

Una estrellita para este mojón de película y mis deseos de que esto (las películas que recomendamos en el club del cine) mejore de aquí en adelante. Feliz año a todas.

Mi punto de partida a la hora de sentarme a ver esta película se podría resumir en una palabra: pereza. El título, el argumento, el reparto (lo siento, sigo trabajando en eso de aprender a separar la obra del artista) e incluso el cartel, todo me daba pereza.

Sí, ver una película que ya has prejuzgado no es un buen comienzo. Le he intentado poner ganas, pero no, ver la película no le ha dado la vuelta a mis prejuicios.

Sabía de antemano que pasar el Test de Bechdel iba a ser demasiado exigente, tirando a utópico, así que no ahondaré mucho en los papeles femeninos (en plural de milagrito, porque son básicamente dos). Una de ellas es novia de, y la otra interés amoroso – futura novia de. Classic.

Las actuaciones, en general, no me han parecido especialmente buenas. Al protagonista no me lo creo, todo el rato con esa cara de seta, morritos y gafas de sol. A Don Draper no puedo verle sin pensar en Don Draper y si no es Don Draper no veo a nadie. Kevin Spacey es una presencia que ni fu ni fa. Y Jamie Foxx en su primera escena me ha recordado al Señor Burns vestido con la ropa de Jimbo y no he podido salir de ahí. Incluso a Lily James, que normalmente me gusta, aquí la veo flojita (quizá influya la cero química que he percibido entre ella y el bebé conductor).

La trama en sí me aburre, y a excepción de la escena en la que Jamie Foxx acaba como un pincho moruno, me ha resultado previsible y monótona. Además, mete escenas que son inverosímiles y que me sacan totalmente de la película: ¿de verdad es creíble que Spacey al final sea “bueno”? ¿De verdad conoces a un tolai de dos días y te fugas con él habiéndole visto disparar a otro tipo y las compañías que se gasta?

Otra palabra que podría resumir bastante bien la película: cliché. Uno tras otro, y cuando pensabas que no podía haber uno más, la película te (no) sorprende y te da otro. Pensaba enumerarlos, pero enumerar clichés me parece otro cliché.

La película tiene ritmo, eso no se lo niego, y alguna persecución se hace entretenida (sin ser yo muy fan de los coches y todo lo que tenga que ver con ellos). Y la banda sonora no está mal.

Le pongo dos estrellitas porque sale Flea.

Ya había visto esta película en su momento y no recordaba mucho de ella, pero le había dejado un generoso seis en la nota porque incomprensiblemente debió de entretenerme en su momento. Y es que lo único bueno que puedo sacar de aquí es con suerte algo de entretenimiento no merece la pena ahondar demasiado en cualquier aspecto si no quieres arruinar la exigua experiencia. Da la sensación de que pretende parecerse a Drive en algunos aspectos.

Por eso voy a empezar de forma positiva y ensalzar varios puntos a su favor. Uno es el primer plano secuencia en el que nos presenta al protagonista, not bad. Y la segunda sería la sincronización de la música en la acción, que la hace bastante más atractiva.

A partir de ahí los personajes son clichés con patas, la trama en previsible y va cayendo en picado y Ansel Elgort tiene 0 carisma. Especialmente sangrante es la relaciona amorosa que son cuatro frases y mal tiradas y el final que es como bueno, hay que elegir a un malo malísimo y uno que se compadezca. Bueno, pues ahí está Kevin Spacey para ayudarte porque por ejemplo él también estuvo enamorado una vez, lamentable.

Lo dicho, película para no comentar ni desgranar, lo realmente bueno es la vuelta un año más de ECDC.

La película, a priori, tiene todo para no interesarme; una peli de tíos con un protagonista ególatra. Nada más lejos de la realidad, con la primera escena todo cambia y ahí estoy yo, enganchada. Y no lo digo solo por la persecución si no por dos motivos: nuestro ególatra se llama Baby, wow, y va por la ciudad bailando y haciendo gracietas. En mi pueblo, por menos, te llevas un mote. ¿Alguien se ha fijado que se ha llevado cuatro cafés SIN PAGAR? Supongo que en esa cafetería trabajaba ‘Rayomcqueer’ y eso le da igual. Si no has entendido la referencia, descárgate tiktok, carroza.

El jefe de la banda es Kevin Spacey así que supongo que esto le da sentido a que el chaval se llame Baby.

A los veinte minutos la segunda persecución. Bien. Nos han presentado a los personajes y sus motivaciones, han añadido un agente externo: la chica y nos mantienen pendientes.

El guión es sólido y dinámico -cómo no va a ser dinámico mezclando escenas románticas con música rock y coches-. Tiene acción, comedia negra y drama. Casi sin enterarte, sigues dentro. Estás ahí.

Por ello, pese a no tener muchas cosas para gustarme, lo hace aún siendo simplemente cine al servicio de la diversión y entretenimiento. Hemos pasao el rato.

Aunque señalaré, a mí juicio, un par de fallos; los “malos” acaban siendo los de su equipo, muy manido. Y el amor (maternal, romántico) como catarsis convirtiéndose en uno de los motores principales sinsentido sobre todo cuando Kevin Spacey salva a la pareja protagonista porque: «yo también estuve enamorado». Uf.

Este ha sido mi segundo visionado y la he acabado con la misma sensación que con el primero. Muy sorprendida y muy a su favor.

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