David Lean (1945)
La mejor historia de amor del cine. O una de las mejores. Que me perdone ‘Casablanca’, ‘Horizontes de grandeza’, ‘Brokeback Mountain’ o ‘Los puentes de Madison’. No hay lágrimas, ni besos, ni un final feliz. Pero qué historion.
Supongo que es cierto eso de que cuando el amor llega, llega, y arrasa. Y ahora ponte tú, como espectador, a juzgar y sacar conclusiones sobre los comportamientos sociales y la responsabilidad. Ten cojones, después de ver a Laura y a Alec, de decir que no pueden estar juntos. Me deshago. Las lágrimas que antes he dicho que no vemos en la pantalla, las pongo yo.
La escena donde empieza todo, en la que le cuenta a su marido lo que siente en silencio, con el pensamiento, dónde ella nos confiesa lo que le ha pasado: «Nunca pensé que a las personas corrientes nos sucedieran estas cosas.» -dice Laura-. Y con ese flashback comienza, o termina, todo. Es, al final de este -coincidente con el final de la película-, cuando nos damos cuenta de que iban a despedirse (quizá pasando algo, tomando otra decisión) pero aparece Dolly. Y con esa mano, ligeramente posada en el hombro de Laura, acaba todo. Maldita Dolly.
«No volveré a sentir nada nunca más. No volveré a sentir tanta felicidad» y tampoco volverás a sentirte tan desgraciada, Laura.
No puedo sacar nada negativo.
Esto es arte.
¿A nadie más le alucina la forma en la que se besaban en los años cuarenta? Un estallido de pasión que hace precipitarse una cabeza contra la otra a 100 km/h y que deja las bocas solapadas e inmóviles como si quisieran hacer el vacío. Magnífico.
De la película diré que se me ha hecho amena. Me gusta que esté contada por medio de un gran flashback narrado por la protagonista a modo de confesión a su marido. Para la época supongo que es bastante atrevida y sin duda mi personaje favorito es la camarera de la estación, aunque hable como si estuviera en una obra de teatro.
Esto de las sobreactuaciones ya lo hemos comentado mil veces así que no quiero hacer mucho hincapié, pero me ha parecido especialmente ridículo el momento en el que el hombre del piso en el que se cuelan les pilla y tienen esa conversación, supuestamente entre dos amigos, de forma totalmente antinatural e incómoda, como si fueran una especie de parodia de robots.
La historia principal pues bueno, un poco la de toda la vida. Chica conoce chico, todo es genial, mariposas en el estómago y esta vez, eso sí, no comen perdices al final. En su favor hay que decir que tiene unos personajes maduros que, dentro de lo que cabe, se plantean las cosas y problemas que están generando a su alrededor. Especial mención al marido de ella, en cierta forma un adelantado a su tiempo, que es consciente de lo que está pasando y trata el tema con total naturalidad y comprensión.
Si hay que ver una película de hace sesenta años, que al menos sea como esta.
Primero decir que David Lean es un genio y que si no habéis visto Lawrence de Arabia y El Puente Sobre el Rio Kwai, estáis tardando, no las he propuesto en el club del cine porque duran ochomil horas. Estas dos pelis giran en torno a personajes masculinos, es más, creo que en ninguna de las dos ninguna mujer tiene un papel mínimamente importante en la trama, por eso me sorprendió Brief Encounters, donde todo el pastel esta basado en una fémina.
Como en muchas otras de sus obras (las dos citadas + Pasaje a la India y la fallida Nostromo) David Lean adapta al cine una obra literaria. Que esté narrada en flashback, a lo Forrest Gump, tiene su punto, y como muchas otras cosas de la película supongo que sería bastante novedoso cuando se estrenó
Aunque se queda algo viejuna en muchos sentidos la potencia y lo súbito del romance, el conflicto moral que plantea, el retrato del sentimiento de culpa creo que hacen que la historia se mantenga algo fresca.
Los mejores momentos:
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- La escena de Laura vagando por la ciudad,
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- La utilización de la interrupción de la despedida final para unir los distintos tiempos.
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- El intento de suicidio de Laura que se ve venir desde la primera escena y se resuelve al final.
Mención también al pedazo de banda sonora, si también viejuna, pero ojo.
Le doy muy buena puntuación porque me ha sorprendido muchísimo. La noto muy actual y cercana, a priori no contaba con ello de una película británica de 1945. Pero amiga, este tema me fascina. No el amor romántico (aunque he vuelto a creer después de esa declaración), sino todo lo que envuelve a las amas de casa occidentales de la posguerra. Esas que se desviven por sus hijos, maridos y hogar pero que viven en la total amargura. Lo que Betty Friedan llamaba la mística de la feminidad, la perfecta madre abnegada retratada por Julianne Moore en Las horas. Todas esas señoras viven para los demás y sufren los conflictos más grandes de sus vidas cuando deciden vivir para ellas por unos instantes.
Además el físico de Celia Johnson es espectacular, ella con sus diálogos internos cual Fleabag del siglo pasado, con unos ojos gigantes cual Jess la de New Girl. No me extraña que le entre algo en el ojo, la verdad. Y qué delicadeza cuando él coge el pañuelo y se lo quita. A ver si tú no te enamorarías igual que ella. Los diálogos son igualmente sencillos y sensibles, declaraciones de amor que no son ni demasiado pastelosas ni demasiado ridículas. Te quiero, me quieres, no hagas como que no. Punto final. O así me pareció a mí ayer cuando la vi, es posible que en un día un poco más cínico los detestara. Pero me alegro de que Brief Encounter me haya pillado bien y de haberla descubierto. Y además, al final él se va y ella se queda en su vida de antes cual Los Puentes de Madison, retornando todo al statu quo. Quiero creer que el affair de la película le sirve a Laura para descubrir la vida que verdaderamente le gustaría tener y conocerse a sí misma. Que lo mismo es con su marido Don crucigramas, pero lo mismo no, y que elija ella es lo bueno.
100% de acuerdo en lo referente a la forma de besar en las películas de años 40 hasta casi los 90 si me apuras! También cabe destacar que los besos siempre van acompañados de una magnífica banda sonora de la época!
🙂
Un saludo queridos amantes del cine!