Otro año más en San Sebastián. Cuarta edición de Zinemaldia para mí y creo que la más completa. Récord personal de películas vistas (28, wow), más secciones diferentes y todos los cines de la ciudad visitados. Check a todo.
Había revisado tantas veces las fichas de las películas para preparar a conciencia mis horarios que he conseguido evitarme cualquier sorpresa desagradable. Ni un solo tostonazo inesperado. Además, el haber recorrido tantas veces la web oficial te da un aliciente a la hora de ver las películas: encontrar el fotograma que acompaña a la sinopsis. Casi tan satisfactorio como cuando nombran el título.
Luego lo de siempre: ver películas desde las 8:30 de la mañana hasta las 12 de la noche con paradas técnicas para comer los mismos pintxos de siempre y alguna fiesta nocturna. Poca novedad en la rutina festivalera.
Sin embargo hay cosas que siguen sorprendiéndome, como que sean más necesarios los subtítulos en las pelis de Horizontes latinos que en las de habla inglesa o que haya una pandemia de tos que afecta exclusivamente a los cines de Donosti.
Y como el festival ya divide las películas en sus propias secciones, yo me voy a permitir hacer un pequeño resumen de todo lo que he visto clasificándolo con mis propias categorías.
Ciencia ficción
No es muy habitual ver películas de este género en San Sebastián pero este año todas han salido buenas. The substance es seguramente la gran ganadora del festival con sus clones jóvenes y hermosos (hasta que no), mientras que Turn me on es un black mirror enfocado en las relaciones. Pec. Para acabar tenemos The wild robot, una de animación muy bonita donde un robot acaba en una isla llena de animales y aprende a relacionarse con ellos. Simple pero efectiva.
Bizarras
No sé que ha pasado este año que ha habido bastantes películas que bajo una propuesta aparentemente sobria, acaban destapándose como cosas bastante extrañas. En Rumours vemos una reunión de los líderes del G7 que se convierte en una noche de supervivencia en un bosque muy grotesco. Tiene un humor rotísimo, a Cate Blanchett haciendo de Angela Merkel y la certeza de que habría sido mucho mejor con un Pedro Sánchez en el grupo.
El jockey parece un drama de corredores de caballos, pero tras un accidente del protagonista se vuelve rarísima. Esta es más divertida. Encima en los créditos finales suena Nino Bravo y yo estaba convencido de que aparecería el camarero Ventura (con permiso, buenas tardes), al que había visto antes de la peli en los alrededores.
De Sorrentino no voy a hablar mucho porque me da pereza. Si no es suficientemente bizarro que junte a veinteañeras en bikini con octogenarios salidos, también nos deleita en Parthenope con un ser de “agua y sal”. Another Sorrentino day, que dijo alguien.
*En esta categoría podría entrar también The substance (en cual no).
Musicales decepcionantes
Sí amigos, todas las expectativas puestas aquí nos han fallado. The end era una apuesta arriesgada: un mundo postapocalíptico con una familia encerrada en un bunker y cantando. Salió mal.
Reas parecía un acierto seguro, pero resultó que era una especie de documental (aunque no lo deja muy claro) sobre una grupo de presas que se apuntan a un taller de teatro. Con razón actuaban tan mal.
Y ya para acabar con las decepciones musicales apareció la secuela de Joker. Ni Lady Gaga ha podido salvarla.
Precariedad moderna
On falling ha sido una de mis favoritas, mostrándonos la “vida” de una trabajadora de amazon tanto dentro como fuera del trabajo. Muy dura.
Azken erromantikoak es bastante similar, solo que la protagonista trabaja en una fabrica de papel y al salir del trabajo llama al tío de información de Renfe para preguntarle por trenes y no sentirse tan sola.
Por último Alle die du bist, que si bien tiene su lucha obrera en la fábrica, la trama principal sigue a una pareja que podríamos englobar en precariedad sentimental, por no salirme mucho de la categoría. Ah, y al protagonista no lo interpreta siempre el mismo actor, se alternan un niño, un hombre, una anciana y un jabalí, dependiendo de su estado de animo. No preguntes.
La muerte
Un acercamiento a la eutanasia con La habitación de al lado de Almodóvar, un español pijo que se va a recorrer sudamérica en época de covid y acaba acompañando a su vecino a llevar las cenizas de su padre al pueblo (Ramón y Ramón) y mi favorita: En fanfare, que comienza cuando al protagonista, un director de orquesta, le detectan leucemia y descubre que tiene un hermano al que no conocía (también músico) y que puede donarle médula.
Miedo
Sin ser yo muy de terror, me apetecía probar un poco y fue bastante bien. El llanto tiene su cosa, una especie de metáfora del me too con sus sustos pertinentes. Y para los fans de Buffy cazavampiros: I saw the TV glow.
Fáciles
Es importante entre tanta intensidad tener películas que te permitan relajar un poco la mente. Normalmente están producidas por Netflix o similares y da igual la trama que tengan, que te mantendrán entretenido sin exigirte demasiado.
La virgen roja, El lugar de la otra, Emmanuelle o El hoyo 2 están en esta categoría.
Comedias
El hombre que amaba los platos voladores tal vez sea la única comedia como tal. Nos cuenta la historia de un reportero argentino de los años 80 que se obsesionó con el fenómeno OVNI y lo llevó a las noticias como si fuera real, amañando lo que hiciera falta.
Marco: la verdad inventada es otro caso real, en el que un hombre se hizo pasar por superviviente de un campo de concentración nazi hasta el punto de llegar a presidir la Asociación Española de Víctimas del Holocausto. Muy fuerte esta historia.
Hard truths sigue a una madre de familia en su día a día. Tiene una primera mitad muy divertida porque es una señora enfadada con el mundo y va montando pollos a cualquiera que se le cruce, pero no es difícil darse cuenta de que lo que pasa es que realmente está fatal. Peli curiosa que se grabó sin guion, y se nota.
Otras
Dos de mis favoritas del festival fueron Conclave y As neves. La primera tiene una premisa muy sencilla: tras la muerte del Papa, hay que elegir uno nuevo. Puñaladas palaciegas en el seno de la Iglesia. En la segunda, un grupo de adolescentes en un pueblo perdido de Galicia se drogan y al día siguiente ha desaparecido una chica.
Y ya para terminar, Quizás es cierto lo que dicen de nosotras, también inspirada en un caso real de una secta que asesinó al hijo recién nacido de una de sus miembros en un ritual y A traveler’s need, la típica peli de festival sin diálogos que no tienes que ver bajo ningún concepto. Es aburrida y no te aportará nada.
Todo esto ha dado de sí el festival de cine de San Sebastián. El año que viene más. Volveremos a por nuevas pelis y a por nuestras comidas favoritas de siempre: