Aaron Sorkin (2020)
¿Puede una película sobre un juicio mantenerte en tensión más que una con mil bombas?
Puede.
El Juicio de los 7 de Chicago es una de esas películas que, siempre que le digo a la gente que tiene que verla me dice: si hombre, ahora me pongo una película de togas y mazos. Y yo intento convencer, pero es como intentar que alguien vea una serie sobre una oficina de la industria papelera. Siempre les miro con la misma cara y digo: pobres desgraciados.
Es un peliculón como la copa de un pino y sí, lo voy a decir, si no se llevó el Oscar a Mejor Película es porque aún existía la reticencia a las pelis de Netflix. Pero sí, también lo digo: es mejor película que Nomadland. De aquí a la China Popular, ida y vuelta.
El reparto es una pasada, pero es que Redmayne está increíble en su papel. Solo puedo decir eso: hay que verla, y hay que verla hoy mejor que mañana.
Que alguien me explique por qué las películas de juicios son tan entretenidas. Pocas cosas más aburridas se me ocurren que todo lo relacionado con el derecho, y sin embargo creo que no hay ni un sólo producto audiovisual con esta temática que no me atrape.
La película tiene todos los elementos para no gustarme. Para empezar comienza presentando en cinco minutos a decenas de personajes, algo que me pone muy nervioso porque no me da tiempo a asimilar todo y ya siento que me estoy perdiendo. Tanta prisa se dan que tienen que ir poniendo en pantalla sus nombres y respectivos cargos, algo totalmente incompatible con ver la película subtitulada y pretender retener toda la información. HAY QUE ELEGIR.
La época tampoco me ayuda a entrar. Es cierto que el conflicto con la policía siempre es atractivo, pero veo muy ajena toda esa lucha. Además se junta con el clásico patriotismo americano que desde Españita 2023 se hace rarísimo de ver.
Lo único que me motivaba en un principio era el reparto. Imagino que es la típica superproducción de Netflix en la que han tirado de talonario para asegurarse un buen marketing. Conmigo lo han conseguido, valió la pena solo por ver a Kendall hacer de hippie drogado. A ver cómo empiezo ahora la cuarta de Succession.
Joshep Gordon-Levitt ya sabíamos todos que no podía ser malo del todo. Estuve esperando toda la película a que cambiara de bando y al final tuve que conformarme con que se levantara mientras se leían los nombres de los soldados fallecidos.
La trama pues bueno, la típica de este género, que nunca falla. Juicio injusto en el que se pone todo en contra y al final alegato épico que emociona a todos. Otra americanada pero a mi me la cuelan. BRAVO TOM HAYDEN. HAS DICHO BREVE? DILOO
Como tampoco tengo mucho más que mencionar de la película, voy a recomendar tres grandes juicios televisivos que recuerdo:
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El juicio a Gaius Baltar en Battlestar Galactica
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La miniserie The night of
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When they see us. Otra miniserie, basada en hechos reales (también hicieron una película basada en este caso. De hecho por el nombre pensé que era la que tocaba ver esta semana: The Central Park 5)
Vi esta película en su día y tenía un buen recuerdo, el típico que te deja buen sabor de boca pero poco recuerdo material. Esta segunda vez me lo he pasado pipa, yo creo que mejor que la primera y todo. De quien no me olvidaba era de Eddie Redmayne, la clásica persona que tiene una cara rara que le hace muy atractivo (es como de cera). Un chico con sentimientos políticos fuertes y que viste decente, obviamente de él no me había olvidado. Y además es pelirrojo.
Siguiente cosa que tengo que decir: cómo le pega a Luis Carlos haber elegido esta película. Es que si cada persona es una película, definitivamente esta es Luis.
Bueno, me centro. Cualquiera diría que una película sobre un juicio pudiera ser divertida, y sí, esta lo ha sido mucho. La manera de introducir los flashbacks me ha convencido, desde la mitad de la película hasta el final, para que siempre estés atenta a la trama y que el juicio nunca deje de resultarte interesante a pesar de lo largo que es. Lo que menos me ha convencido es su manera de comenzar, muy acelerada y a saco, con música excesiva, que no permite al espectador asimilar personajes o siquiera qué estamos viendo. Una vez pasados los primeros ocho minutos, dentrísimo. El resto de música sí me ha convencido, acompaña muy bien a las situaciones.
Como aspectos negativos, diré que esta película también peca de netflixilización, como a mi gusto también lo hizo True Grit. Una sensación de velocidad, show, emoción y a por la siguiente cosa. Se ve mucho en el final de la película, extremadamente facilón. Porque sí, a tope con ese momento “respect for the fallen”, donde Hayden menciona uno a uno los caídos en Vietnam. Pero si imaginamos la realidad, sería un hombre leyendo 4500 nombres seguidos, eso no hay persona que lo aguante aplaudiendo en pie con el puño en alto. Creo que me hubiera gustado igual sin el show, así crudo, crudito, real. Menos performance del desacato, más movida política. Algo que me permita recordarla dentro de un mes. De todas formas, he estado entretenida y la he disfrutado igual.
Este rollo de Netflix también me deja la sensación de que me dicen qué debo sentir todo el rato. Es cierto que al ser una película un poco antisistema dentro del sistema, es fácil empatizar para alguien de izquierdas (y más con un país con izquierdas divididas, estos 7 son representantes de cada uno de nuestros partidos izquierdistas), pero acaba por suceder que pase lo que pase, voy a ir a muerte con ellos. Solo hay blanco o negro, no hay crítica, es todo obvio. Los fiscales son repelentes, el juez es repulsivo, nuestros protagonistas en cambio son lo más. Incluso dentro de sus diferencias, todo es maravilloso y Abbie Hoffman termina la peli haciéndole muchísimo la pelota a Tom Hayden para que no nos queden dudas de que están juntos en esta, y de que los hippies no son tan incultos. Hay que replantearse eso de si la revolución cultural nos distrae de la revolución real.
Me he dado cuenta de que he echado de menos películas con mucho elenco. Estoy viendo muchas pelis íntimas con pocos personajes últimamente y se agradece el presupuesto y el buen guion. Por cierto, muy fan de que realmente solo interesaran 5 personas en este juicio de 7, tanto que al final los otros dos ni siquiera estuvieran en el banquillo y a nadie le importe. Es más, por mí perfecto que ni lo cuenten.
Iba a empezar diciendo que las películas de juicios no me van demasiado, pero la verdad que echando la vista atrás me suelen gustar. Me viene a la cabeza Argentina 1985 de las que he visto últimamente y que me gusto mucho. Es pereza a la hora de afrontarlas lo que tengo. Me alucina que de algo tan aburrido se haya sacado un género que funciona.
Todo lo que sé de justicia y demás, lo sé gracias a las películas, cualquier intento fuera de estas me produce un tedio insoportable. Siempre me quedo pensando en como hemos logrado intrincar tanto las leyes y normas para que todo requiera ser digerido antes de que la gente ajena podamos entender algo. La sensación que produce en las películas es que un juicio es como un juego de mesa en el que encuentras reglas claras, pero que en el momento que interesa el dueño siempre puede sacarse una nueva y modificar todo a su gusto. De ahí que siempre sea tan frustrante.
Pero entrando en materia, la película tiene ingredientes para ser entretenida, aunque poco más. Nos muestra la imparcialidad del gobierno y del sistema y en este caso concreto especialmente la del juez. Me da la sensación de que no existiría si no hubiera llegado el caso a un juez tan imparcial como torpe. De hecho, el resumen del final es algo así como se recurrió todo y se desestimó porque no tenía sentido. Aparte tendrá su trascendencia histórica, pero no llego a verla solo con lo que nos cuentan. Pero bueno, con todo esto aparte nos encontramos una serie de personajes logrados que intercambian diálogos rápidos y agudos con algunas dosis de humor. Logra provocar emociones por la impotencia, ante la injusticia que todo el mundo parece ver y por las actuaciones que se siguen viendo no solo en EEUU.
No puedo con el tufo patriota americano del cine de Hollywood. Siempre se las apañan para aun exponiendo las carencias de su gobierno y sistema, dárselas de ser los mejores y los únicos.