The substance

Carolie Fargeat (2024)

Qué película The substance. Ha ido arrasando por todos los festivales por los que ha pasado y en San Sebastián no fue diferente. Lo que mejor la explica son las caras de todo el mundo al salir del cine de «¿qué coño acabo de ver?» Una mezcla de sorpresa, incredulidad, euforia y asco.

La premisa es sencilla: ¿qué ocurriría si mediante una sustancia pudiéramos crear una versión perfecta (más joven y bella) de nosotros mismos, pero tuviéramos que alternar una semana en cada cuerpo?

La buena ciencia ficción, y esta lo es, utiliza tecnologías que no existen para profundizar en cuestiones actuales que sí nos preocupan: ¿Es mejor ser más joven? ¿Envejecer es algo de lo que huir? ¿Cómo de importante es el físico?

En pleno auge de los influencers, filtros de instagram y retoques estéticos, poner estos temas sobre la mesa tampoco es que sea revolucionario. Es algo que está a debate día sí y día también. Sin embargo The substance no se conforma con plantear estas cuestiones, también las lleva hasta límites difíciles de imaginar cuando empiezas a ver la película. Y lo hace en la forma más excesiva, repugnante y divertida posible.

Estéticamente vas entrando en su mundo desde el principio con su banda sonora penetrante, la voz en off (casi del subconsciente) y esos primeros planos de partes del cuerpo que van desde culos perfectos hasta bocas asquerosas. Todo cuadra perfectamente con la historia que nos cuenta, la de Jane Fonda una profesora de aerobic de televisión incapaz de aceptar que va a ser sustituida por una mujer más joven.

La historia es dura, pero la película tampoco renuncia en ningún momento a la comedia, que va yendo a más a medida que la línea entre lo cómico y lo dramático se va desdibujando, hasta convertirse en una amalgama en la que ya da igual lo que sea porque lo es todo a la vez, en un tercer acto ya mítico y brutal en todos los sentidos, con todos los excesos posibles tanto en lo visual como en lo sonoro.

Y así saldrás de la película, totalmente alucinado, desubicado por lo que acabas de ver y con ganas de comentar tremenda fantasía. Luego, con más calma, podrás pensar en los dilemas que plantea más allá del puro espectáculo y decidir si tu también probarías La sustancia.

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