Barry Levinson (1996)
Lo único que quería, según avanzaba la película, era comprobar que no estaba basada en hechos reales. Lamentablemente aclaran al terminar que sí lo está. Qué lástima.
Me ha parecido un peliculón. Se me han pasado las dos horas y media volando, yo creo que por lo bien contada que está, dedicando el tiempo justo a cada etapa de los chavales sin ni siquiera necesitar ser especialmente espectacular o explícita (y mira que lo tenían fácil).
La parte de la infancia seguro que a más de uno le ha recordado a Do the right thing, que vimos hace unos meses aquí. Incluso da la sensación de homenajearla de forma descarada con algún detalle como los niños jugando con el agua de la boca de incendios.
No hay derecho de que una pequeña gamberrada acabe jodiendo la vida a los cuatro niños, la verdad.
La parte en la que son adultos me resulta un poco rocambolesca por el plan que traza el abogado para vengarse de todos los violadores, más propio de Ocean’s eleven que de un tío de Hell’s Kitchen. Pero aun así nos deja grandes momentos como la confesión en el juicio con todas las víctimas delante o el que diría que es el único feliz de la película, la reunión final de todos para celebrarlo.
Al único personaje que no he entendido del todo es al cura, aunque me ha caído bastante bien. ¿De verdad era un sacrificio tan grande mentir en el juicio? No se que clase de fe hay que tener en el estado o en Dios para que le haya costado tanto tomar la decisión. Yo creo que casi cualquiera testificaríamos para salvar a los asesinos, visto lo visto.