Ordinary people

Robert Redford (1980)

 

El título de esta película me parece el culmen del buen gusto. Está escogido para poner la guinda, porque logra rematar con dos palabras lo que vemos durante dos horas: gente corriente, esta vez lidiando con la pérdida. El título nos quiere decir que Conrad o sus padres podemos ser tú o yo, que por qué nosotros íbamos a ser distintos a ellos (mejores). Muy contenta con Robert Redford, no pensé que pudiera hacer una película tan sensible y directa.

Es verdad que a mí me encantan las películas sobre gente normal haciendo cosas normales y aún más si tratan sobre relaciones familiares, entonces lo tenía fácil. Pero es que me gusta además cómo está contada: la historia avanza muy poco a poco, al principio sin dejar ver nada, luego somos partícipes de las sesiones de terapia donde empezamos a entender qué sucede, y terminamos orgullosos de Conrad como si fuera nuestro propio hijo o hermano. El gran viaje del héroe. Le hemos visto crecer en estas dos horas, afrontar sus problemas de comunicación, ira y de gestión de emociones. Mirad, niños, lo que hace ir a terapia. Te cambia la vida. ¡Bravo por Connie!

Además creo que está muy bien tratada la diferente gestión del conflicto por generaciones. No infantiliza a los jóvenes ni sobreprotege a los adultos. La chica con la que sale el protagonista es super madura (muy top la conversación final en la puerta de su casa), y la relación entre ambos es casi mejor que la de los padres. Ambos dos adultos tienen grandes problemas de comunicación y de evitación del conflicto, hasta un nivel que al principio parece que la única persona de la película que tiene un problema que no sabe gestionar es el hijo. Como si nadie más estuviera en duelo. Los adultos son, por lo general (ya no solo en la peli), unos mutilados emocionales y eso me gusta que se vea. ¿Pudiera ser que 30 años después estamos igual? ¿Nunca jamás envejecerá esta película? Excepto por el Canon de Pachelbel final, hoy en día no se podría terminar una película con el Canon de Pachelbel sin sentirlo un poco meme.

Otro acto que hace sentir una película antiquísima es lo de las páginas amarillas. Ese romanticismo de buscar un teléfono en un libro que pesa 500 kg saltándose cualquier ley de protección de datos se ha perdido para siempre.

Bueno, en resumen, me ha gustado mucho esta película ochentera, capaz de ser clásica, tranquila y catártica a la vez.

Dato: Timothy Hutton (ni me sonaba su nombre hasta ayer, sinceramente), sigue teniendo el récord de ser el más joven que ha ganado un Oscar a mejor actor de reparto (¿¡de reparto!?), por esta película. 20 añitos.

En Ordinary People vemos la ruptura de una familia tras la pérdida de un miembro. A través de su hermano nos muestra la manera de afrontar el trauma y el dolor en casa. El drama es constante y aunque no he vivido nada de esa magnitud, la virtud es poder vernos representados como gente corriente, como bien dice el título. Me ha gustado especialmente como trata el tema de la comunicación o en muchos casos su carencia. Como sucede muchas veces, uno de los dos padres tiene que mediar entre el otro y el hijo por su falta de entendimiento. Las relaciones intrafamiliares me parece que están muy logradas. Si hay algo que me chirría más son los secundarios que no están demasiado desarrollados. Las conversaciones con el psiquiatra y su forma de proceder también parecen un tanto forzadas. Y lo peor de todo es el desarrollo de la madre. Entiendo que su manera de afrontar el drama es el de formar una coraza y hacer culpable en cierto modo al hijo. Intenta en todo momento aparentar normalidad de puertas afuera. Pero lo que nos enseñan de la antigua madre (unas imágenes sonriendo con el difunto hijo) no es suficiente para apreciar ningún cambio. La sensación que me genera es odio hacia su forma de ser, pero nunca llego a comprender sus razones más allá de su naturaleza.

La verdad que es la primera película que veo de Robert Redford como director, no estaba al tanto de su andadura.

Esta película habla sobre la vida, la familia, los sentimientos y, por supuesto, las personas. Es dura y amarga. La tragedia se va tejiendo poco a poco desde el principio y representa muy bien los problemas de comunicación que tienen generaciones pasadas.

Con una mirada íntima de muestra la lucha por superar la pérdida de dos maneras; por un lado está la madre sin exteriorizar sentimientos y por otro lado el hijo recordando lo ocurrido como si estuviera atrapado en ese pasado por el que se mortifica. Surge así un conflicto entre ambos que es inevitable.

Me sorprende muy gratamente la relación con el psiquiatra y cómo se muestra, tan natural. Recordemos que es una figura que hasta hace pocos años estaba en las sombras.

Timothy Hutton está INCREÍBLE. No sé quién es pero WOW.

Me ha pillado totalmente desprevenido una película de los 80 en la que todos los hombres son empáticos y cariñosos entre ellos y es la mujer la que se queda con el papel de madre ausente y despiadada. No sé si sería la tónica de esa década pero yo al menos lo he disfrutado.

Me ha gustado mucho el protagonista y cómo ha ido aceptando su situación y cogiendo el control de su vida poco a poco. Las escenas del psicólogo me han parecido muy guais, aunque no se como de profesionales son los métodos de ese hombre, que lo mismo te pide que le cuentes como te sientes a que le insultes gritando.

El padre también es majísimo, intentando siempre acompañarle en lo que pueda, encontrándole ayuda profesional e incluso desestigmatizando la salud mental con sus amigos. Con esas pintas no prometía nada pero menudo moderno. Y todo pese a la oposición de su mujer y sus compañeros de trabajo, que no hacían más que insistirle en que no se preocupara mucho por su hijo (wtf? Se ha muerto su hermano).

La nota negativa se la lleva obviamente la madre, que por momentos se comporta como una auténtica psicópata. Normal el trauma que tiene el marido con lo de los zapatos y la camisa en el funeral. No es para menos.

¿A alguien más le ha recordado el prota a Otis de Sex education? Same vibes total.

Hay algo en Ordinary People que atrapa desde que empiezas. No sabes qué ha pasado, tampoco sabes la razón de esa tensión, pero hay algo en esa casa, entre ese chico y sus padres, que enrarece el ambiente, que te hace seguir mirando como un cervatillo a las luces.

Lo malo de la película es que no avanza, se queda en un inicio increíble para seguir avanzando como náufrago sin rumbo. ¿Es importante el papel del psicólogo? ¿el del padre? ¿el de la compañera de coro? Al final te quedas con la miel en los labios de lo que podrían haber contado y no acaba por suceder.

Eso sí, los actores son increíbles. Desde el protagonista, pasando por la fría y calculadora madre hasta la joven de la cafetería. Todos están redondos y durante muchos minutos parece que estás simplemente viendo por una cerradura la vida de una familia ordinaria.

Supongo que eso es lo que se buscaba, y eso es lo que encontramos.

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