Hirokazu Koreeda (2023)
En Zinemaldia, no podía faltar la película de Hirokazu Koreeda un año más. El año pasado presenciábamos Broker y este año era el turno de Monster. Allá por el 2018 descubría a este director que se convertiría en unos de mis favoritos con la laureada Shoplifters de la que ya hicimos crítica en esta página. Con Broker ahondaría más en la temática de la familia elegida y no de sangre, pero perdería la sorpresa y la brillantez. En Monster tenemos una historia que se aleja un poco de estas dos, pero en la que seguimos reconociendo la sensibilidad propia a la hora de narrar historias.
El relato está dividido en tres partes que se afrontan desde el punto de vista de tres implicados. En la primera parte, la de la madre, nos genera un suspense y una intriga potenciados por la confusión y la falta de información de los hechos. En la segunda, la del hijo y protagonista, encontraremos la verdad y nos aproximará a empatizar con el drama de bullying y relaciones en la escuela. En la tercera veremos el desenlace desde los ojos del profesor. Se ha criticado la disparidad en los puntos de vista de los personajes y como Koreeda trampea los hechos para poder generarnos las emociones. La realidad es que funciona y no me saca en ningún momento durante la visualización, aunque si es verdad que una vez terminada te obliga a repasar las perspectivas y es inevitable pensar que la distorsión es grande, lo que no la hace muy honesta.
Aun con su pero, Monster es para mí la mejor de las películas que he visto este año en San Sebastián. La que ha conseguido intrigarme más para cautivarme después con su sensibilidad. Ojalá muchas más de Koreeda en el festival.