Todd Solondz (1998)
No sé si pedir perdón por elegir esta peli y llevaros a todos al hoyo conmigo. No lo sé porque esta película tiene muy buenas críticas y muy buena puntuación y por eso llevaba tiempo queriendo verla, así que no sé si seréis de esas personas que la alaban o esas que la detestan. Creo que no hay punto medio porque si puedo asegurar algo es que Happiness te hace sentir cosas. En concreto, perturbación y ganas de vomitar.
Hay quien dirá que en el 98 se hacían este tipo de películas y que qué pena que ya no se puedan hacer. La verdad es que yo me alegro de que se hicieran, quedaran ya hechas para siempre y no sea necesario hacerlas de nuevo. Ya está, tenemos la prueba de que en algún momento la sociedad aceptaba este tipo de ¿humor? pero hemos sabido pasar página juntos. Me llena de orgullo y satisfacción.
Tal vez simplemente no estaba preparada para ver esta película, quizá sabiendo un poco de qué iba habría entrado mejor. Qué se podía esperar de un título llamado Happiness, Philip Seymour Hoffman y ese cartel que invita a entrar. Pues se espera happiness y se recoge depresión, asco y olor a tabaco.
Menuda fantasía de película. Desde luego no me la esperaba. Tiene algo que denominaré efecto Succession: todos los personajes son repelentes y aun así no quieres dejar de verles enfangarse cada vez más. Dan muchísima grima todos. Además la estética noventera no ayuda para nada a rebajar esta sensación.
Lo más raro de la peli es que trata todo con tanta normalidad que incluso te hace sentir mal por no escandalizarte constantemente, cuando casi todo lo que ocurre es gravísimo. Pero ese clima de sobriedad y aburrimiento me anestesia un poco ante cualquier atrocidad. Hasta me he reído en un par de ocasiones.
Así que le doy todo el mérito, la verdad. Que una película con una trama tan heavy consiga ser tan aséptica y que al mismo tiempo y pese a ser larguísima, no llegue a aburrir, no se como lo han hecho pero yo lo compro.
Que ganas de dejar a alguien diciendo: Yo soy champán. Tú eres mierda.