Spike Lee (1989)
Por qué elegí esta peli:
Estaba buscando una película que no hubiera visto, que tuviera una buena banda sonora y que tbuena pinta así en general. Y qué demonios, Spike Lee, John Turturro… y sobretodo Bed Stuy, Brooklyn mi barrio adoptivo al otro lado del charco. Además, Clara os protegió de que pusiera una película de 3h sobre música country.
Como alguien que ha vivido una ola de calor en el mismo barrio en el que se grabó la peli entiendo ese agobio el calor pegajoso que no te deja respirar y la suela de las zapatillas derritiéndose, una buena metáfora para racismo, tema principal de la película.
La trama nos pasea por Bed Stuy, y nos lleva de una tensión latente a la quema de cosas. Al principio todo es comedia y estereotipos, se hace la presentación de los personajes con diálogos con bastante carga de profundidad y planos locos de cámara. La representación del barrio está a medio camino entre la realidad (la tienda de ultramarinos regentada por un matrimonio coreano y la pizzería de Sal) y la locura (la radio local y personajes como, Da Major, Radio y Mother Sister). Esta argamasa funciona y hace que las 2h de película se te hagan más llevaderas.
En cuanto al reparto creo que Danny Aiello (Sal) destaca entre el resto hace un papelón. Mi actor favorito de todos los tiempos John Turturro también clava su personaje de italiano racista. Giancarlo Esposito (Gus de Breaking Bad) haciendo de Bugging Out lestá genial también. Mookie interpretado por el propio Spike Lee se queda un poco flojete pero funciona.
Cosas TOP de la peli.
- Los créditos iniciales “Fight the Power» de Public Enemy balecito y guantes de boxeo.
- Esta escena a mitad de la película en la que los personajes aparecen como cabezas parlantes para echar por la boca estereotipos racista y gritando insultos directamente a la cámara. Detener la narrativa de esta manera te hace reflexionar sobre los lo que se ha visto y lo que está por ver.
- El momento climático de la película cuando Mookie rompe la cristalera de la pizzería. En mi opinión Mookie está haciendo “The Right Thing” distrayendo a la masaenfurecida (que en paz descanse) para salvar la vida de Sal y sus hijos.
- La escena final donde se discute la culpabilidad de Mookie por la destrucción del restaurante y si Sal le debe algo a Mookie por haberle “salvado”.
- El outro cuando el DJ Mister Señor Love Daddy (Best DJ name ever) recuerda al barrio desde su pecera que va a ser otro día caluroso. Nada nuevo bajo el calor implacable (AKA el racismo) sigue igual que cuando empezó la trama (muy de The Wire el final). Todo lo que se expone es un día típico con un brote de violencia atípico.
- Sale Carl Winslow.
FIGHT THE POWER!
Llevo tres días con la cancioncita pegada.
Tengo cosas que contaros:
- No sabía que Spike Lee era el protagonista de esta película. Vamos, que como nunca había hecho el esfuerzo de imaginármelo de joven y sin sus gafapastas, hasta que no lo he leído ni me había percatado.
- Grandes créditos iniciales. Me gusta cuando me motivan para empezar una peli.
- Vaya fantasía de planos y colores. Todo torcido.
- Qué raro es ver una película en la que hace mucho calor, pasando frío.
- Mucho me ha recordado a West Side Story y eso siempre está bien.
- Anécdota de fan de West Side Story: En el musical, justo al inicio, hay una niña que pinta en el suelo y la banda esquiva su dibujo en un plano picado. Aquí, en uno cenital, directamente lo pisan sin escrúpulos. Y me parece que esta tontería dice mucho de que Do The Right Thing es igual pero más cruda.
- La escena en la que cada uno de los personajes ataca a otra raza es buenísima.
- Y todas esas miradas a cámara. Vamos, que me estaban hablando a mí.
- Segunda vez este año que tengo que parar una película para buscar quién era el actor que me sonaba tanto: Gus Fring, el de los Pollos Hermanos.
- ¿No os parece que no pega mucho que sea Mookie el que lance el cubo de basura (y su repentino discurso político que hasta entonces no había mostrado)? Es de lo poco que me desencaja.
- “Murió porque tenía una radio. Todo lo que quería eran fotos en una pared, y murió”. Zas.
- Flipas con Spike Lee.
- Se disfruta más en un segundo visionado. Ya sabes que va a pasar lo que va a pasar y te puedes dejar llevar por toda la previa.
- De la estética ochentera negra a los disturbios raciales del 2020. Te la estrenan hoy y te la crees.
- Fight the power! Que suena cada 5 minutos para que no te olvides de ella.
- Me parece irónico/absurdo que cinco personas blancas comentemos esta película en una web, como si algo de lo que pasa fuera con nosotros. Como si nosotros fighterearámos the power.
- Es mazo cómodo escribir una crítica con puntos. Me lo apunto para hacerlo así siempre.
Un besi a todas, dos a Spike Lee.
Esta semana toca otra producción de yo me lo guiso, yo me lo como de Spike Lee como director, protagonista y escritor de este film polémico.
Me ha entretenido más la búsqueda de referencias y las ampollas que surgieron a través de la crítica de la época que la propia película. Y es que, como si lo viera venir, me he lanzado a buscar en Internet los comentarios que suscitó en su momento y spoiler: no defraudan. Cuando se trata de hablar de un colectivo discriminado y lo haces desde su punto de vista, desde su barrio, sin intentar aleccionar y sin dejar lugar a un acercamiento con el opresor que le quite el escozor, lo mas seguro es que te encuentres con una horda enfurecida. La cuestión parecía ser si el protagonista había actuado de forma correcta al final de la película. Inteligentemente, Spike, les contesta con otra pregunta ¿por qué son los blancos los únicos que se hacen esta pregunta? También tuvo detractores (una vez más blancos) que aludieron que la película iba a incitar a los disturbios, lo cual nunca se produjo. Una vez más la respuesta me parece mas que acertada, algo así como: la gente no sale de una de Schwarzenegger queriendo liarse a tiros. El debate sigue hoy en día muy latente y más con todos los temas de violencia policial racista que se han producido y dan a entender lo poquito que hemos avanzado desde hace ya 30 años que se estrenara. Ademas de que es muy significativo ver esas mismas hordas en twitter hoy en día en cuanto se tocan estos temas.
No obstante, dejando el postpartido a un lado, la expectación inicial por esa intro bailonga se fue tornando en el mismo sopor que sufren los vecinos del bullicioso barrio que nos muestra el director. Solo al final, ante el pico de tensión acumulada, vuelvo a sentir algo de inquietud por conocer en que terminará tanta crispación. La encuentro necesaria y transgresora pero no he sido capaz de disfrutar de ella.
Estoy escribiendo esto tras acabar la película hace, literalmente, dos minutos. Estoy en shock por varias razones.
En primer lugar porque no me estaba gustando nada. Era una mezcla de gritos, insultos y peleas absurdas dentro de una atmósfera masculina tóxica donde tenías que dejar claro continuamente que tenías polla y testosterona. Y dicha opinión ha cambiado bastante cuando he terminado de verla, cosa que pensaba que no iba a suceder.
En segundo lugar porque dentro de toda esa maraña de palabrerios que superan los 80 decibelios de vez en cuando te encontrabas con frases que daban en la diana. Tan punzantes como ciertas. Cuando Pino (el personaje de Turturro) está diciendo que la mayoría de sus ídolos son negros y expone: «Ellos no son negros.» Boom. Lo dice porque lo cree firmemente. Y esto me ha recordado a una frase excepcional de Pumla Dineo Gqola (activista y feminista negra) que dice lo siguiente: «Tienes que mostrarte bastante firme en lo que estás haciendo porque en esta industria la gente primero sintoniza contigo por lo diferente que eres pero al poco intentan transformarte en la persona que creen que tiene sentido.»
Y, en tercer lugar, mi shock se debe a la última media hora de película cuando ese caldo de cultivo que se ha cocinado a fuego lento empieza a hervir. ‘Do the right thing’ es de 1989 pero qué pena que sea tan actual, que nos recuerde a unos hechos tan parecidos, por no decir iguales, que siguen sucediendo.
En cuanto a su aspecto técnico creo que merece especial mención los encuadres de la cámara, los planos-contraplanos y los picados que, a mí parecer, intentaban quitarle hierro al asunto, dando un carácter desenfadado a la cinta.
Para terminar una frase y una pregunta:
«No podréis matarnos a todos.»
¿Hasta que punto es culpable, si lo es, Sal?
Quiero comenzar mi crítica con una confesión: No sabía quien era Spike Lee. Es la típica persona que sabes que tienes que conocer, tienes su nombre en el subconsciente y si sale en el Time’s Up deberías acertar, pero no tienes claro si es un boxeador, un actor de pelis de artes marciales o un presentador de late night americano. Pues bueno, ya le tengo situado. Para eso está el club del cine también. Al parecer Spike es director y hace películas, a falta de encontrar un definición menos racista, de negros.
Llegaba a esta película en el mood perfecto, en pleno revisionado de The wire. En ese momento en el que si mi idioma materno fuera el inglés, estaría haciendo el ridículo intentando hablar en mi día a día como las gentes de Baltimore o Brooklyn. Y se esto porque en todas las sitcom americanas hay algún capítulo en que uno de los personajes hace esta chorrada.
La película empieza bien, con un rap divertido, un Samuel L. Jackson narrador de radio y un tono desenfadado que agradezco después de dos temporadas de la serie de David Simon. Y aunque es entretenido ir descubriendo a los personajes y su día a día, después de un rato se me estaba haciendo bastante aburrida. Tiene algún punto aquí y allá que me ha hecho gracia, pero después de una hora de película ya estaba deseando que acabara, porque no veía que fuera a ningún lado.
Pero para mi total sorpresa, en el último tramo se desata el caos. Empieza a escalar la violencia y lo que empezó como una pequeña disputa, acaba con Radio Raheem (que gran mote) muerto a manos de la policía. Imposible no acordarse de las protestas ocurridas este verano a partir de la muerte de George Floyd. Impresiona ver la similitud de ambos asesinatos. Es tentador otorgar un carácter premonitorio a esta escena, pero seguramente la realidad sea tan sencilla como que esto ha ocurrido siempre y nosotros, los blanquitos, sólo nos hemos enterado cuando lo han podido colgar en twitter.
Así que lo que en principio era una comedia ligera, se convierte en un drama con una gran carga de reivindicación social. Este volantazo de guión para mi es sin duda lo mejor de la película, colocado de forma inteligente para crear todo el impacto que merece y que bien vale el visionado de la película. Buen debut, Boluda.
Lo único que me chirría un poco es esa cita final de Martin Luther King renegando de la violencia como vía para luchar por la desigualdad. Estoy más del lado de la cita posterior de Malcolm X, y es que llega un punto en el que no hay otro modo de defenderse. O al menos eso pienso yo desde mi trono de blanco occidental.
Termino Haz lo que debas con la misma sensación de desasosiego que la primera vez que la vi. Spike Lee firmó en 1989 la que posiblemente es su película más conocida y sin duda la más certera (al menos de aquellas que he visto) de las que ha dirigido.
Lee disecciona satíricamente las relaciones entre los vecinos de un barrio humilde de Brooklyn. Es en este lugar donde se nos presenta la pizzería de Sal (fantástico Danny Aiello en un papel que parece hecho para él), un italiano afincado en un barrio obrero en el que viven principalmente personas de raza negra y latina, que se ha hecho un hueco en la comunidad gracias a sus maravillosas pizzas. Para Sal trabaja Mookie (el propio Lee), un joven negro que se toma con calma los encargos que le hace su jefe, y que servirá de nexo de unión entre todos los personajes de la película. La cámara emplea la mayor parte de su tiempos siguiendo a Mookie a lo largo del barrio, lo cual nos permite conocer a todo tipo de personajes, fantásticamente retratados con la cámara de Lee.
Como no podría ser de otro modo, el tema del racismo (obsesión no disimulada de Lee durante toda su carrera) se convierte en el eje que mueve la película. Lo que comienza como una serie de comentarios y conversaciones sin importancia, va aumentando, casi sin que nos demos cuenta, hacia una espiral de discusiones y faltas de entendimiento, que, como tan a menudo, terminará desembocando en la más absurda y terrible de las violencias, donde nadie gana nada y todos pierden mucho. En este sentido hay que alabar el mérito de Lee para crear un ambiente distendido e incluso divertido, que casi sin enterarnos va creando una tensión tan grande que nos sentimos dentro de una olla a presión a punto de estallar. Y vaya si estalla.
Si algo me viene a la mente después de verla de nuevo, es que no hemos aprendido nada. 2020 y seguimos viviendo el mismo episodio una y otra vez. 2020 y el entendimiento no se impone en ningún caso. La intolerancia es combatida con violencia y más intolerancia. No sé qué pensará Lee sobre la situación actual en América con respecto a este tema (aunque me lo imagino), y tampoco sé a ciencia cierta qué quería enseñarnos con esta película (aunque también me lo imagino), o cual es la lectura correcta a sacar con cada uno de sus personajes (de nuevo, puedo sospecharlo). Lo que sí sé es que en su día hizo un trabajo fantástico que los años no han hecho más que constatar.
Según acabó la peli bajé a por una pizza al Vesubio
Con la película, Spike Lee busca que el espectador genere una reflexión crítica, y por tanto una reacción, alrededor principalmente de la cuestión racial y la clase social, aunque tiene cabida también para explorar los temas de género y sexo.
Spike Lee rompe con la narración clásica de Hollywood, establece una actuación y puesta en escena que busca la teatralidad, lo que unido al papel social y a la búsqueda de un espectador activo, se intuye como una herencia entre Brecht y Shakespeare, obteniendo como resultado algo similar a un ensayo cinematográfico.
Mediante varios recursos técnicos, como los planos girados, la descontextualización, las rupturas de raccord o la mirada a cámara el autor busca generar una crítica al sistema burgués del cine clásico, romper el artificio, despertar al espectador de su papel pasivo, hacerle consciente del papel del cine (la cultura) como constructor de realidades, y de que debido a esto las ideologías dominantes le implantan su realidad de manera pasiva. En conclusión, y como punto fundamental, como expone Godard en La Chinoise “Hay que tomar parte en la práctica de transformar la realidad.” y Spike Lee lo busca mediante este film, convirtiendo el arte en una herramienta en pos del cambio revolucionario.
La película expone los males del relativismo cultural y la estratificación social, así como una presencia de la individualización, negando con ello un holismo. Aún así, cada uno de los grupos sociales ha formado unos estereotipos, mediante los cuales establecer una dicotomía “nosotros” | “ellos” y construyen un marco sobre el que entender la realidad, aunque esta sea ajena a los hechos.
De manera muy sencilla reproduce un problema cultural muy complejo, donde no existe un discurso único. Las escenas muestran perfectamente la realidad en la que viven (y crecen los niños), metáforas muy bien llevadas, escenas cargadas de un sentido profundo, diversas referencias culturales… La película finaliza con un discurso cercano al marxismo, mostrándonos que el problema no es tan simple como para ser reducido a una cuestión económica, sino que existe un problema cultural. Una cultura en la que estamos inmersos y que dicta nuestra realidad por encima de todo.
Personalmente me gustaría hacer mi lectura de los dos textos del final. La violencia destruye la comunidad y la hermandad, nunca es una solución, aunque es necesario ejercer una violencia en defensa propia. Pero no una violencia física como la que vemos al final de la película sino una violencia como la que ejerce Spike Lee con este film, buscando romper realidades mediante una fe en el poder de la imagen (de la cultura) trabajando para investirla de funciones, de poderes y de cuestiones.
He intentado no ser muy intenso y pasar por encima, lo que creo que ha resultado en un análisis bastante malo, pero la película puede rellenar páginas y páginas de análisis. No doy un 5, con todo mi dolor, porque considero que contadas películas pueden alcanzar semejante nota. Pero sin duda es una joya.