Neill Blomkamp (2009)
Guardaba un buen recuerdo de ver esta película cuando la estrenaron y con el revisionado se han mantenido las buenas sensaciones.
District 9 tiene una propuesta bastante peculiar. En vez de contarnos ese primer contacto como la enésima guerra entre mundos o intento de invasión alienígena, aquí los extraterrestres llegan por accidente y sin ganas de montar lío. Y para colmo aparcan en Johannesburgo en vez de en el aeropuerto oficial alien durante toda la historia del cine: Estado Unidos.
Que la trama se desarrolle 20 años después de su llegada también le da un punto interesante, alejándose de la euforia o pánico inicial de un evento así y centrándose en el poso que ha quedado tras dos décadas de “convivencia” entre las dos especies.
Para sorpresa de nadie, la reacción de la humanidad es aislarles en un campo de concentración sin posibilidad alguna de desarrollarse o prosperar. Y si no los matan directamente es porque aspiran a hacerse con su tecnología y armamento. Un buen caldo de cultivo también para que surjan todo tipo de trapicheos, mercado negro y mafias.
Este mundo ficticio, este what if, me parece lo mejor de la película. Es original, es interesante y está tan bien construido que resulta creíble. Incluso ese formato de pseudodocumental, aunque un poco caótico al principio, me parece un acierto. Te contextualiza y te mete rápidamente en ese microcosmos que se ha generado en el distrito 9.
Si le tengo que poner un pero a la película es el desarrollo del protagonista, que pasa de ser un auténtico pringao del que prácticamente todo el mundo se ríe, a un héroe capaz de asaltar el edificio de las Naciones Unidas junto a un alien y matando a todo el que se cruza en su camino.
Ni es muy creíble ni me aporta gran cosa ese tramo final, que abandona el tono callejero y por momentos casi cómico para tornarse en una acción desmedida con una redención épica.
Eso sí, me gusta que al final Christopher y su hijito se salven. Que ya tiene mérito conseguir que te caigan bien con la grima que dan.
¿Y qué me decis de que el humano se llame Wikus y el alien Christopher? Supongo que es intencionado y tiene que ver con que el que de verdad se comporte con humanidad sea el langostino de dos metros.
Mejor de lo que pensaba, que ya es. A final de curso seré una fan más de la ciencia ficción, vengo con esperanza.
Una vez aceptado en el segundo 30 de película de que existen personas trabajando en el Departamento de Asuntos Alienígenas, y que por tanto, se venía hora y cincuenta de aliens, decidí abrazar la trama y agradecer muchísimo de que la nave espacial no aterrizara en EEUU y nos diera unos aires de cambio respecto a lo que ya hemos visto todos mil veces.
Pasado ese subidón de que una nave alienígena se quedara encima de Johannesburgo, lo siguiente que no me esperaba era que los aliens sufrieran racismo. Otro punto a favor, llegado aquí estaba disfrutando bastante, siendo el punto álgido cuando los wokes se manifiestan para pedir a la gente que deje de llamar gambas a los aliens. El punto de equilibrio entre humor y ciencia ficción durante la primera media hora me pareció perfecto. Era un The Office meets Alien, era como ver la reencarnación de Michael Scott, esta vez llevando órdenes de desahucio a los aliens, que eran unos seres frágiles y adictos a la comida de gato.
Todo empezó a torcerse cuando apareció un (¿una?) alien con sujetador. Hasta aquí llegó mi aceptación, más no. Ni siquiera era necesario para avanzar con la trama, porque el otro alien de chaquetita roja sí requería de un atuendo para diferenciarse del resto (como a su hijo pequeñito, pero él con ser pequeñito tenía suficiente). Se intenta pasar de The Office a The Substance sin apenas transición. Usar el asco más efectivo era demasiado fácil, no hay nada nuevo en lo de que se caigan uñas y dientes. A partir de cuando pasan unas horas del contagio yo ya estaba echando de menos el inicio, que prometo que me pareció genuinamente bueno. El protagonista está bien escogido y actuado, y aunque la idea de aliarse con los aliens tiene su gracia –y aplaudo la reivindicación política–, la película se convierte en cómo sobrevivir en un apocalipsis, y eso no es nada original.
District 9 comienza de una manera prometedora en un formato documental grabado a lo The office, con un tono de humor bastante crudo y estableciendo una trama de alienígenas bastante inusual. Los extraterrestres se van a emplazar en Sudáfrica para jugar el símil con el apartheid y convertirse estos en la población oprimida.
Como película de ciencia ficción, nunca trata de convencer con una premisa creíble y tampoco se hace necesario con el tono que muestra, aunque al final se empeñe en tomarse demasiado en serio a sí misma. Aunque la acción siempre está presente, lo que al principio son unas cuantas escenas en modo irónico se acaba convirtiendo en tediosas secuencias de disparos y más disparos que no dejarán a nadie satisfecho. Pero lo peor es cuando intenta virar la trama, ya de por sí predecible, en algo lacrimógeno y épico.
Por concretar algo, hay que admitirle una premisa con cierta originalidad que no termina de explotar nunca y que incomprensiblemente evoluciona a lo que precisamente intenta ridiculizar, haciendo de la última parte algo espantoso.
No le vamos a negar la originalidad de la película que se desarrolla como un falso documental. El protagonista del mismo, Wikus, parece un ser simple con una vida anodina que cambiará en pocos días pero con el que no puedo empatizar, pese a toooooda la intención que lleva, porque me parece el típico tío que eliges de pequeño de delegado de clase por hacer la gracia.
Me sorprende que toda la primera mitad de la película, más o menos, esté salpicada de humor pero se va perdiendo y torna en drama. Ese final, esa flor. Demasiado (?).
Las escenas o efectos que rozan la serie B….uf. No quita que la película sea entretenida, al menos no podemos culparla de que se haga larga, aburrida o densa. Hemos venido a esto.
A lo largo de toda la cinta, una pregunta perforaba mi mente como un mosquito atrapado detrás de la oreja: si el de Desokupa viese esta película, ¿sentiría admiración por los paramilitares? Me imaginaba a ese arquetipo de músculo hipertrofiado y (ambigua) certeza moral inquebrantable frente a la pantalla, mientras masticaba algo con expresión de satisfacción bovina:
“Buah, si soy”
Un pensamiento simple y horrible.
Pasando por alto demás cuestiones, esto me empujó a pensar —y la película te conduce esencialmente a ello— qué es la condición humana. ¿Es una cuestión biológica? Es decir, ¿somos un saco de carne lleno de impulsos primarios y bacterias intestinales que controlan más de lo que estamos dispuestos a admitir? ¿O, por el contrario, es algo moral y cultural? Aunque, en realidad, estas categorías no son tanto cajas ordenadas como un nudo gordiano, sí que nos permiten plantearnos quién es más humano: si la mentada jauría, con cuyas manos ves, bajo una lujuria de destrucción, hacer algo que parece pensado para reforzar el absurdo básico de nuestra existencia compartida, como sostener un arma (o escribir un post en Twitter con faltas de ortografía); o Christopher, con sus actos de empatía y cuidado. En otras palabras, ¿reside la humanidad en el cuerpo o en la acción?
Lo peor, o tal vez lo peor, es que mientras seguía devanándome los sesos sobre esto, el hipotético Desokupa, probablemente, ya estuviese masticando otro chicle y pensando en cuánto tiempo le llevaría hacer una serie de flexiones. O alguna que otra maldad.
PD: El 0 es independiente de la película; una negativa a puntuar.
Había oído hablar del concepto “salvador blanco”, pero la idea del “salvador terrícola” me ha destrozado.
Esta película comienza como si fuera un mockumentary dirigido por Taika Waititi para convertirse en un drama interplanetario (donde en mi humilde opinión tiene los mejores minutos) para desembocar en acción pura y dura. Con todos y cada uno de los clichés clásicos del género: Sacrificios heróicos, paseos a cámara lenta rodeados de fuego y explosiones sin inmutarse (Cool Guys Don´t Look At Explosions, que cantaban The Lonely Island), buenos muy buenos, malos muy malos…
No pretendo responsabilizar a la película de mis expectativas ni tampoco hablar de lo que “podría haber sido” en lugar de lo que he visto. Sólo diré que la espídica segunda mitad del metraje y sobre todo, la torpeza con la que queda plasmado el subtexto social (un “matar moscas a cañonazos” de manual) hace que una buena premisa quede desdibuja y reducida a un producto entretenido que acaba tropezando con todo aquello que busca señalar.
District 9 es ante todo una película. En primer lugar diré que resulta sencilla de ver y efectista, como todo blockbuster. Igualmente, como todo este tipo de peliculas cuando se pone filosófica patina. Al igual que grandes peliculas sobrevaloradas como Joker, el punto de partida inicial, aunque encomiable resulta demasiado filosofia para dummies. Demasiado sencillito. Demasiado para que todo el mundo lo entienda. A pesar de todo el simil me gsta y me parece gracioso. No comentaré algun agujero de guion porque chica para qué.
A pesar de todo esto, me lo pasé bien, me gustó. Eso sí, si solo la tratamos como una pelicula de acción, en ese caso divertida. Podría ser una marvelada mas.
Pdta. Muy sorprendido, que Peter Jackson haya producido esto