Gustav Möller (2018)
Uf, dura ¿eh? Es de esas películas en las que el primer visionado es único, donde la inocencia juega un papel fundamental. No sé vosotres pero el girito lo vi venir menos que la muerte de Bruce Willis en El sexto sentido. Me dejó el culo torcido.
Durante toda la película nuestro protagonista, Asger, se desenvuelve en un único espacio que, poco a poco, se va haciendo casi claustrofóbico conforme avanza la trama. Todo empieza cuando baja y cierra las persianas, donde el único sonido que llena la sala es el del teléfono. Y con tan solo esto nos atrapa y se hace la película. La suma de una persona, sus auriculares, su voz y su mirada nos dan como resultado la frustración, la ira y el pánico. Se consigue, así “de fácil” una interpretación más que convincente consiguiendo que no podamos quitar la vista de la pantalla igual que Asger del teléfono.
En ningún momento podemos ver a los demás protagonistas lo que favorece nuestro desconcierto e ignorancia ante lo que se nos viene puesto que al dejar que la imaginación haga su trabajo, la tensión aumenta y hace que, cada espectador, la vea de una manera diferente. Haced la prueba. Yo les he mostrado esta película a varias personas y la he visto con ellas. Ninguna de dichas personas ha actuado igual.
Por si la historia principal fuera poco reveladora tenemos una secundaria que recae directamente sobre Asger. Para mí no era necesaria pero creo que hace que entiendas su carácter y su comportamiento.
Una de las mejores operas primas que he visto.
Una de las mejores películas que vi en 2019.
¡Dios! Qué bien cuando una recomendación del club del cine me gusta. Qué agradable sorpresa. Qué inesperado. Uno le da al PLAY cada semana con más resignación que ilusión, sobre todo cuando ni conoce la película. Pero hay veces que los astros se alinean y toca una con la que disfrutas. Esta no es la crítica solo de una buena peli, también lo es de una buena tarde.
Uno llega cansado a casa con la esperanza de desconectar un poco del coronavirus, porque llevas todo el santo día con el tema. Ya sabeis, el Covid19, que ahora nos sabemos el nombre científico. Ahora ya todos somos experos. Ya sabemos la diferencia entre pandemia y epidemia. Ya conocemos las diferencias con la gripe estacional. La gripe estacional, la llamamos ahora. Solo los paletos la llaman LA GRIPE. Sabemos el factor de contagio, los síntomas, la linea exponencial que sigue la expansión del virus, las medidas que se han tomado en cada país, las medidas que deberían tomarse en el nuestro. Sabemos más que el puto gobierno, que los médicos y que los epidemólogos, cuya profesión debe haberse creado este mes. ¿Cómo no vamos a querer hablar de esto? Si ya lo sabemos todo. El paraíso de los cuñaos.
Volviendo a mi tarde, yo solo quería poder compatibilizar la película del club del cine con el partido de la Real (el fútbol que no falte, aunque sea sin público. Aunque sea con jugadores enfermos. Pero que siga, eso es lo importante). Pongo Den skyldige y veo que no dura ni una hora y media. Bien. La primera buena noticia. Sea buena o mala, no tendré que dedicarle mucho tiempo.
Comienza la peli y veo que se trata de la típica trama a través del teléfono. Segundo punto a favor. No se por qué, pero es una de mis debilidades. Me he acordado de Buried o de Locker, incluso de aquella en la que toda la acción transcurre en una cabina de teléfono en la calle. Seguramente esta última sea bastante mala, pero la recuerdo con cariño.
Este “género” tiene algo que me atrapa totalmente, y seguramente esté relacionado con que te obliga a tirar de la imaginación para recrear las escenas que solo te están contando de palabra. Me acuerdo también de The man from Earth o de Carnage, que además de estar ambientadas también en una sola localización, te obligan a hacer ese acto de fe en lo que los personajes están contando, porque la película no te muestra de forma explícita los sucesos que ellos narran. No te lo pone fácil.
Respecto a Den skyldige en particular, me parece que tiene una trama muy inteligente. Sin entrar en spoilers, el giro de guión final me parece brillante, dando un enfoque totalmente imprevisto a una historia que parecía la ya mil veces contada. Y no es que le hiciera falta, porque pese a ser el típico secuestro, a mi me tenía totalmente enganchado, precisamente por lo que comentaba antes de tener que imaginarlo en vez de estar viéndolo en primera persona. Además tiene varios momentos clave en la trama que la hacen incómoda de ver y dura para el espectador, lo que le da un puntito más de originalidad.
Mi única pega, por decir algo, es la falta de expresividad de los personajes. No se si será algo cultural, pero me resultan todos súper fríos. Se nota especialmente en el protagonista, pero incluso en los demás policías que escuchamos a través del teléfono se percibe cierta frialdad. Chico, que te has encontrado un niño muerto, grita o algo.
Y hasta aquí mi tarde. Una inesperada película que me apunto para recomendar y que seguro que volveré a ver. Y para redondear, victoria de la Real, que ya va cuarta.
Una vez más me dormí a la mitad de la película y tuve que retomarla al día siguiente, cuando ya nada era lo mismo. Y no tiene sentido que me durmiera, porque de verdad que tenía el corazón en un puño y estaba sufriendo a tope, ahí con Oliver cortado a la mitad, pero chica, no puedo evitarlo.
Para empezar diré que me llevo una enseñanza de esta película, y es que no sabía que el 112 es un teléfono internacional. Seguro que es algo que a los niños les enseñan en primero de primaria (como aprenderte el teléfono de tu padre), pero yo no lo sabía. Tampoco pretendo llamar mucho, que me tocan señores como el protagonista (he sido incapaz de retener un solo nombre raro) y te cuelga las veces que le de la gana.
Como cosas a favor de Den Skylieghenttrufen diré que me ha gustado el actor. Si no fuera porque es actor de verdad diría que es policía. Le he creído muchísimo. En contra diré que en cambio, su personaje no me ha convencido. Ese viaje del héroe (nombre del mito que olvidó Vigalondo, protagonista de la próxima película) no me ha resultado creíble. Sus bandazos psicológicos, su empatía y antiempatía me han parecido meh. Muy meh también el clásico momento agresivo en el que se carga una lámpara, creo que era. Muy típico, ya te veíamos venir, héroe. ¿Y ese momento en el que le pide perdón al compañero/jefe? ¿A qué ha venido? En fin, el clásico señoro internacional al que le ha dejado su mujer y es un poco justiciero y pasional, pero le tenemos que perdonar porque en el fondo es bueno.
Pero le he dado tres estrellas, así que algo bueno tiene, no me escondo. Muy meritorio que nos tenga tensionados esa hora y media (a favor también de las pelis cortas) sin salir de la sala con tan pocos personajes. Y ese giro loco qué, eh. No te lo veías venir. Yo no, claro. Eso sí, al rato del giro el hype ya se me pasó y la trama me dio un poco más igual. Pero bueno, me ha hecho pasar el rato bien y eso se agradece en mitad de una cuarentena.
He vivido con tensión e intriga la película desde el primer momento, además me ha gustado mucho como tienes que ir recreando situaciones y personajes a través del dialogo del protagonista como si de un libro se tratara.
Con la sencillez de una cámara, apenas un habitación, un protagonista y un puñado de secundarios consigue expremir recursos al máximo. Nunca me había puesto en la piel de los profesionales que recogen llamadas de emergencia, lo complicado que puede llegar a ser. Si pecas de demasiado distante puedes obviar detalles que impidan solucionar una verdadera emergencia y en caso de empatizar en exceso puedes dejarte llevar y ser igualmente negligente.
La propia culpabilidad en los actos del protagonista, que se van desvelando poco a poco de forma acertada, son los que promueven la inclinación hacia el heroísmo de nuestro personaje y a la vez lo que hace que su implicación excesiva haga empeorar lo ya jodido. Que calvario joder!
Si bien, no todo me ha parecido positivo, pues el guion que en un film así debe ser especialmente solido, no lo es. Es cierto que el nivel de tensión que consigue invita a dejarse llevar pero según se van produciendo los giros en la trama la situación cada vez es mas inverosímil y deja al descubierto partes que no encajan del todo bien. Quizás por la necesidad imperante de mantener un nivel de interés que con la limitación del espacio visual se hace mas difícil.
No he podido dejar de leer por ahí críticas de que una película así contada va en contra de la esencia misma del cine. Es verdad que es prácticamente un ejercicio de imaginación pero la parte visual es igualmente relevante y utiliza perfectamente los recursos al alcance para producir una experiencia mas inmersiva. Es cierto que yo siempre que veo algo del estilo ( se me viene a la cabeza Buried o The man from earth) pienso que con una narrativa visual mejoraría.