Philip Barantini (2021)
‘Hierve’ pasa a ser una de mis películas favoritas, tiene todo lo que le pido al cine: la duración de una peli Disney, tensión, personajes que son unos sacos de mierda y una trama verosímil. Además, últimamente todas las películas que he visto de cocina (Chef) me han gustado, no así los realities que son mayormente satánicos.
El plano secuencia es algo que me llama mucho la atención y creo que en este caso está llevado a la perfección. Está claro que no es la locura de ‘1917’ pero la planificación que tiene esto detrás me parece muy atractiva. Además, parece 100% real no vi ningún corte obvio u oportunidad de hacerlo. Dentro del espacio físico y temporal de la película hay una densidad de personajes brutal. Nos dan pocos datos de cada uno, pero de alguna manera, seguramente utilizando lugares comunes y prejuicios es fácil hacerse una idea compleja de quién es quién, tanto en la cocina, como en la sala. En una hora y media la película consigue meter muchísima gente sin que haya un solo personaje ultraplano.
Párrafo aparte se merece la interpretación de Stephen Graham uno de mis actores favoritos si no habéis visto ‘The Virtues’ o ‘Help’ estáis tardando. En esta ocasión también está espectacular, todo el rato tenso, ya desde la primera escena en la que entramos con él en el restaurante agobiados entre la presión del trabajo y la vida personal. Esa botella de bicicleta que lleva a todos los lados es un toque también genial.
La película trata muchos temas en poco tiempo, pero creo que los principales o los que me han parecido más interesantes son dos. Por un lado, los pozos de mierda laborales en los que se acaba metiendo la gente por necesidad bien por mantener cierto estatus social y por otro esa cosa del “a trabajar se viene llorado de casa”. Luego todo esta trufado de puntazos: el racismo británico, los influencers, la propietaria del local que no se entera de nada, en fin, una crema densa pero rica y fácil de comer.
Para la guinda del pastel tenemos un final de corte a negro al puro estilo Los Soprano que es una delicia. PAM! THE END! ¡EN TU CARA!
Como nota así medio negativa es verdad que climax de la película se ve venir aunque por momentos se quiere despistar, pero todo lo demás está tan bien hecho que se lo perdono.
Estoy intentando averiguar que es lo que ha hecho que me haya aburrido porque la verdad es que casi todo son aspectos positivos. La forma de rodarlo resulta inmersiva y te sientes casi dentro de la cocina como un espectador que no pierde detalle pero la historia no me atrapa en ningún momento no siento curiosidad ni interés por los personajes.
El punto fuerte de Boiling point y sobre el que girara todo lo demás es construirla a partir de un único plano secuencia en el que todo transcurre a tiempo real. De esta forma consigue un realismo que casi parece tratarse de un documental o incluso un reality. A través del equipo de cocina y comensales iremos conociendo la situación y los problemas personales del chef. La tensión siempre ira creciendo conforme se suceden los problemas hasta que el chef desbordado llegara al límite o más bien al punto del que nos habla el título. La película expone bien a los personajes y hace una buena lectura del trabajo en un restaurante y de toda la fauna que hay que soportar a diario. La interpretación del protagonista y de la ayudante de cocina son muy buenas y es una pasada estar pendiente del trabajo milimétrico que tuvo que ser rodarlo todo en una única secuencia. En este tipo de secuencias siempre me acuerdo de One cut of the dead que te dejaba ver la preparación que conlleva. El final me parece un tanto exagerado e innecesario, quizás busque una sorpresa o un dramatismo que ya había conseguido a mi modo de ver.
Por cierto me encanta ver como el tema del abuso de los influencers se empieza a condenar en todos los medios, asco eterno a este tipo de comportamientos.
Así como en Shiva baby, que puede tener cierto parecido en la forma, tiene un entorno que me atrapa este me deja indiferente.
Fluida y adictiva. Supe de ella porque un amigo me dijo que se acordó de mí al verla, supongo que es lo que tiene haber trabajo en hostelería varios años, y caí rendida al leer la sinopsis.
Estás ahí desde el minuto uno, eres una más del servicio, sabes cómo funciona y cómo tiene que salir. Recibes igual que ellxs las instrucciones y no estorbas. Eso es, tu mirada nunca molesta, no está de más. Esta inmersión le suma a la película el poder de atracción que tiene.
Los personajes. Quitando al absoluto protagonista hay toda una serie de «secundarios» totalmente creíbles; el aprendiz de repostería, los instagramers, la crítica, la «novata» que acaba de llegar a trabajar al restaurante y, cómo no, los comensales. Bajo mi punto de vista fueron flojos pero suficientes al mostrar comportamientos de los clientes. No es novedad que todxs lxs que hemos trabajado de cara al público tenemos anécdotas de lo más variopintas y ganas de matar gente nunca faltan. Aquí lo podéis comprobar. El ser humano es idiota.
También diré que una noche con 100 comensales es imposible sacarla con «tan poco» personal y tanta tranquilidad. No hay gritos, no corren… Impensable. Pero entendemos que no deja de ser ficción.
El plano secuencia roza lo admirable y Stephen Graham es una bestia. Aprovecho para recomendaros una estupenda miniserie protagonizada por él, ‘The Virtues’, espero que siga en Filmin.
El «girito» de la botella de agua -guiño, guiño- era de esperar, no sorprende pero creo que tampoco busca sorprender. Conforme avanza la película sabemos que este chiquito no está bien. Muy fino el detalle de la salsa y la alergia. Esas casualidades pasan.
Por último, por favor, a no ser que el servicio sea muy malo (cosa que depende del sitio, la gente, la hora.. se podría entender) dejad propina, SIEMPRE. Y no seáis unxs payasxs.
¿Por qué cuando hay una mujer ahogándose por una reacción alérgica hay un tío preocupado por el dinero que va a perder? Joder, que mala hostia. Lo peor es que siempre hay gente así de mierda en todos lados, como el pavo racista que se enfada y no respira porque no le atiende la camarera que le gusta. ¿No hemos aprendido todos en algún momento de la vida que te retrata como persona el cómo tratas a los camareros que te atienden? Es algo tan cliché que debería saberlo hasta un notas que pide el vino más caro de la carta para impresionar a su señora.
Tal vez os preguntéis por qué le he dado cinco estrellas. Pues se las he dado porque me ha hecho reflexionar. ¿Y qué más puedo pedir de una película? Me parece que retrata muy bien la sociedad en la que vivimos en ese microcosmos que es un restaurante. Igual me he venido arriba, pero esa ha sido mi sensación al acabarla y con ella me quedo.
Y para terminar con esta atípica crítica os dejo una pregunta: ¿Preferiríais ser el protagonista o el “amigo” cocinero?
Yo lo tengo claro, elijo ser el alcohólico, drogadicto, mal padre, mal trabajador y mal amigo antes que la sabandija esa. Dios, que asco de persona.
Venimos de una película claustrofóbica en un espacio cerrado, y parece que continuamos con el mismo tema, o al menos, la misma sensación. Lo que es cierto es que ese plano secuencia eterno (que siempre me pregunto cómo está rodado, espero que alguien haga esta investigación y nos la deje en este blog) es el vehículo conductor perfecto para llevarnos de una situación estresante a la siguiente, y dejarnos con las ganas de quedarnos un poco más en cada pequeña escena.
El único mes de mi vida que trabajé en un restaurante (y fueron pocas horas en total) me han hecho revivir mis peores pesadillas de la época. Mis máximos respetos a todos los trabajadores y trabajadoras de hostelería. Es muy fuerte que con el estrés que tienen que soportar, la presión a la que están sometidos y la cantidad de horas que tienen que echar, cobren tan mal. Para que luego lleguen tres influencers de pacotilla a pedir un filete con patatas fuera de carta. No puedo con esta gente.
Todos los actores y actrices están estupendos. Y me gusta especialmente que se reparten el tiempo entre cada uno de ellos y aun así, podemos intuir o directamente ver sus personalidades. Los personajes están muy bien construidos. Destaco de ese plano secuencia a la jefa de sala entrando en el baño a llorar mientras llama a su padre, o la relación entre el ‘chef’ y el chico que limpia que llega dos horas tarde (al que el resto quieren echar, lo entiendo). También ese momento en el que descubrimos que el nuevo ayudante de repostería tiene marcas de cortes en los brazos, y su jefa dedica un momento de su poco tiempo a abrazarle y mostrarle empatía. Los pequeños gestos.
Además, las dinámicas laborales que se generan entre los personajes son muy realistas. Siempre hay alguien que intenta echarle la culpa a otra persona, igual que es común ver que alguien cubre a otro. Vamos, que el guion me ha parecido casi perfecto, y la atmósfera que se crea también. Parece Increíble que de una cocina pueda salir un thriller así de bien.
Lo que no me ha convencido:
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El final. Se veía venir un ataque al corazón, pero me sobra. Con todo lo anterior habíamos entendido perfectamente la situación del protagonista, rematarle era innecesario.
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La música de los créditos. No pega nada con la película.
Espero que todas las personas que tratan mal a los y las que trabajan de cara al público se sientan mal cuando vean esto. También incluidos aquí los que se toman demasiadas confianzas.
PD. Qué ascazo la mesa 7. Estaba deseando que alguien les llamara racistas, pero claro… el cliente siempre tiene la razón.
No la recomendaría. Igual estoy ante una obra maestra que no sé valorar, mis disculpas a los entendidos en cine pero la verdad que a mí no me ha gustado nada. Cero feeling con boiling point.
LO QUE SÍ:
-Que todo está grabado en un plano secuencia. Aunque hoy en día esto ya no sorprende, por lo que quiere mostrar el director (o creo que quiere mostrar) puedo entender que es la forma más acertada de grabar.
-Me gustó la actuación de algunos actores como Stephen Graham o Vinette Robinson, de ahí mi única estrella.
LO QUE NO:
-Me siento timada, justo cuando empieza a suceder algo interesante se acaba la película. A mí se me quedó cara de idiota.
-No me engancha ni estoy dentro de la película en ningún momento. Tengo la sensación de que no sucede nada, me aburrí.
-¿Se puede ser más predecible que con el ataque de alergia? Yo digo no. Chica con alergia va a restaurante. Alguien no lo anota donde debe. Chica acaba con ataque de alergia. No lo hubiera dicho nunca.
EL DATITO:
Lamento no haber encontrado ningún dato curioso al respecto más allá de que se trata de un corto de 2019 que han decidido pasar a largometraje. Supongo que no soy la única que toma malas decisiones en esta vida.
EL MEME:
No encontré ningún meme, supongo que no es casualidad.