Nanni Moretti (1993)
Bastante fan de que la peli acabe con Moretti bebiéndose un vaso de agua. El tío es un disfrutón, pese a todo. Se me ocurren muchas escenas en las que se pasa de intenso o desubicado (dando la chapa a un desconocido en un semáforo, indignándose en alto en el cine o prácticamente acosando a la actriz de su película favorita), y sin embargo se hace querer, aunque solo sea por esos intentos de baile, zumo de naranja en mano.
Con la película me pasa lo mismo que con el protagonista: me parece entrañable y divertida, pero a veces se me hace algo pesada. Tan pronto me estoy riendo con los niños que monopolizan el teléfono para obligarte a hacer sonidos de animales, como estoy sintiendo vergüenza ajena por el señor que sale gritando “televisión” de la isla sin electricidad ni narcisistas. Ese humor me saca un poco a veces. También mucho momento contemplativo, demasiado para mi gusto.
Me ha sorprendido descubrir que el capítulo final, en el que se dedica a buscar remedio para su urticaria con toda la resiliencia del mundo, le ocurrió de verdad y finalmente superó el linfoma de Hodgkin. El tío sigue vivo y yo que me alegro por él.
Me quedo con ganas de ver Flashdance y más aun del musical del pastelero trotstkista.