Lucrecia Martel (2001)
La premisa, la trama y la puntuación general tenían todo a su favor, pero ha resultado ser un aburrimiento. En realidad ni eso, ha resultado ser simplemente una vida grabada con poco contexto y con no mucho que ofrecer. Me quedé con la sensación de haber empezado una película a medias y de haberla terminado cuando aún faltaba media hora para finalizar. Y hoy, un día después de haberla visto, recuerdo poco.
La presentación de los personajes es vaga, hay demasiada gente como para poder acordarme de todos y situarlos en mi cerebro. No miento si digo que tampoco me hubieran sobrado subtítulos.
Y aun con todo, supongo que la directora era esto mismo lo que quería mostrar: algo decadente difuminado, clasismo y desconexión familiar. Son temas que creo que podría haber explotado más si al menos hubiéramos tenido una historia. No he llegado a conectar con lo que quiere decirnos, pero lo que sí tengo claro es que estas películas experimentales las quiero seguir viendo. Me ha recordado a Libertad, de Clara Roquet, del año 2021. Película con una narración más convencional, y creo que ambas ganan en lo suyo.
Voy a empezar por lo que sí. La sensación de cumplir con el objetivo de lograr una atmósfera semejante a su título. El reposo de esa familia de clase media en un pegajoso verano. El tiempo pasa lento y asfixiante entre la nada y la parsimonia. La cotidianidad de una familia dispersa. Y una curiosa tensión sexual presente en muchas escenas. Hay que reconocer que logra transmitir bastante para lo poco que cuenta.
Por otro lado, todo ese tedio acaba siendo trasladado al espectador. ¿Es el objetivo acabar arrastrándote a la ciénaga? Objetivo o no, para mí, es una exposición de secuencias cotidianas a cuál más plomiza. Necesito algún hilo argumental que me mantenga a flote o por lo menos algún que otro cambio de ritmo. Es un auténtico peñazo.
Estas películas puramente contemplativas no son para mi. No tengo problema con las historias lentas, pero hay un trecho entre eso y que no pase absolutamente nada.
La ciénaga me da la sensación de que tiene tres escenas y se repiten en bucle durante hora y media. De hecho es el típico corto que en diez minutos lo tienes todo contado.
Poco más tengo que decir. Para el que le guste este tipo de cine seguramente esté bien. Espero que hayas disfrutado de tanto costumbrismo, Clara.
Ah, y una pregunta. ¿Por qué los créditos de inicio parecen los de una película de terror?
Agradezco a La Ciénaga en primer lugar su duración. Qué me gustan a mí las películas de hora y media. Lo que no me gusta sin embargo es el cine lento, ese cine en el que pasan los minutos pero pasar, tampoco pasa mucho.
Pero en este caso, precisamente por su duración, tengo que decir que me ha resultado llevadera, e incluso entretenida. Eso sí, media hora más viendo gente tirada en la cama e igual me da un parraque.
Creo que también me ha gustado porque he visto bastantes paralelismos con lo que es un verano en mi amado pueblo: niños cazando, boomers tajados a cualquier hora del día, siestas eternas, una verbena con pelea, relaciones un poco creepies entre primos… Si no fuera por el acento y la sensación de calor, podría ser perfectamente El Royo (Soria).
No me veo capaz de destacar, ni para bien ni para mal, nada más. Solo una cosa: EL FINAL. Qué final, mis 3 estrellas son por el final, que me ha dejado un cuerpo extraño, y si una película consigue eso merece mínimo 3 estrellas.