Sebastián Lelio (2022)
Una niña lleva sin comer nada varios meses y mandan a una enfermera a estudiar el caso. Las opciones que se barajan son dos:
1. Que sea un milagro divino y Dios la esté manteniendo con vida.
2. Que esté comiendo a escondidas.
Para sorpresa de nadie, la madre la estaba alimentando sin que el resto se enterara. ¿Quién lo iba a decir? Los curas no, desde luego.
Es importante ver películas de este tipo de vez en cuando para recordar lo dañina que ha sido y es la religión. Resulta macabro como se pone al mismo nivel una hipótesis completamente irracional basada en nada, con otra que hasta un niño conoce y entiende.
La historia está ambientada en el siglo XIX pero no es difícil encontrar casos igual de rocambolescos hoy en día. Gracias a Dios la película no es nada ambigua y deja bastante claro quienes son los buenos.
Más allá de la trama que es bastante simple y la resolución del conflicto, que escondía un caso de abuso que ahonda en lo jodidas que son estas creencias, la película no tiene mucho más. La ambientación esta cuidada y las actuaciones son buenas, pero son en un tono tan sobrio que no da para disfrutarlas.
Para verla una vez si no tienes nada mejor que hacer está bien. Si no, tampoco te pierdes nada.