Tea Lindeburg (2021)
Un debut correcto sin demasiado riesgo en el que me influyó positivamente el contexto que nos daría posteriormente la directora en rueda de prensa. Pues si bien salí de la sala pensando que había estado bien sabía que no iba a dejar demasiado poso. As in heaven fue una de las participantes de la Sección Oficial y acabo siendo galardonada su actriz principal (Flora Hofman) con la concha a la mejor interpretación, galardón que por primera vez en San Sebastián no hacía distinción entre géneros y que compartió con Jessica Chastain por The eyes of Tommy Faye.
Pues sobre todo lo que me encontré en aquella rueda de prensa fue un buen contexto de Tea Linderburg para descubrir las motivaciones que la llevaron a realizar el proyecto. Y es que As in heaven parte como una interpretación del libro de Marie Bregendahl “Una noche de muerte” escrito en 1912. En su época, como no, esta escritora paso desapercibida, pero es gracias al movimiento feminista en los 70 que empieza a reconocérsele más su obra. Este es un libro costumbrista con papeles protagonistas femeninos. A la directora le gusto especialmente el papel de una adolescente de la novela y decide hacer girar su primer largometraje en torno ella. Como reivindicación de las pocas historias de época con protagonista y para exponer la dificultad de verte obligada a pasar de niña a adulta responsable de la noche a la mañana.
Demuestra un muy buen nivel en cuanto a ambientación e interpretaciones y a mí personalmente me gustó mucho la escena del parto, que es uno de los acontecimientos en torno a los que gira el argumento. Con unas imágenes y actuación sobrecogedoras que se me quedaron grabadas. Y es que todo tiene un ambiente de misterio y oscuridad que casi la cataloga de peli de terror. Y es según la directora la forma de interpretar que podían tener en aquella época todo lo relacionado con la religión y la parte más oscura del diablo, el más allá y etc. Los conflictos internos en cuanto a aceptar la existencia de dios, el resignarse a su papel como mujer y abandonar el papel de niña están muy buen expuestos. Por el contrario, el adorno en la estética y el querer ser demasiado trascendental dotan de un ritmo demasiado espeso que es sin duda su punto más flojo.