Icíar Bollaín (2021)
Maixabel es la película que más me gusto de todo lo que vi en el festival de San Sebastián. Una película que trata unos hechos aún muy latentes y que se centra en un programa que juntaba a las víctimas con sus agresores. Se cuida mucho de tratar el tema con delicadeza y dando todos los puntos de vista posibles centrándose en la caracterización de personajes reales. Las palabras que más pudimos escuchar en rueda de prensa fueron especial cuidado, sensibilidad y dolor. Pues como si de un campo de minas se tratase los protagonistas de esa sala (productores, actores y directora) se cuidaban de mostrar ninguna opinión que pudiera exponerles en algún sentido, supongo yo, bien dirigidos por agentes y colaboradores. Se lanzaban con alivio a explayarse en temas más técnicos y a poner énfasis en la dificultad de trabajar con referentes reales que han sufrido mucho con la situación y como habían abordado ese proceso. Se podía mascar la incomodidad ante preguntas de opinión lo que me hace pensar en dos situaciones: la dificultad añadida de tener que trabajar sobre un tema latente y enfrentarte a una opinión que todavía lo sufre y sigue viva y en otro contexto los niveles a los que hay que llegar ya para evitar polémicas que pueden dañar tu imagen. Interpretaciones sacadas de contexto y titulares que limitan mucho a la hora de expresarse y de las que al final Tosar, aun con todo ese cuidado no pudo escapar. Aunque tampoco sería algo que trascendería en demasía.
Para mí personalmente ver la película en el entorno del País Vasco, poder asistir a esa rueda de prensa y el ambiente ha facilitado la tarea de dimensionar un conflicto que si bien siempre he tenido presente nunca he sufrido y que no es fácil apreciar solo con datos. Todo esto es posible, por supuesto, gracias a que esta contado de una forma realista e inteligente. Abordando los distintos puntos de vista y con una magnífica interpretación de los protagonistas. Así que poco más le puedo pedir a un film que me ha resultado tan instructivo.