Hong-jin Na (2008)
Quiero empezar pidiendo perdón a los damnificados. Mi excusa ante tal improperio es que cuando vi la película por primera vez, allá por mí veintena exacta, vi una película certera en los momentos de suspense, con un guion muy atractivo y entretenida. Nada más lejos de la realidad.
Este segundo visionado ha sido horrendo. No hago más que recordar a esa Pamela del pasado que recomendaba la película a diestro y siniestro. Uf.
En primer lugar, ese cuerpo de policía. Cómo olían esas comisarías, se nota, se siente. Es una común del cine coreano representar a los cuerpos de seguridad del estado como unos patanes, entiendo que la distancia cultural no me permite entender del todo este hecho pero me avergüenza sobremanera.
En segundo lugar, de todo lo anterior deriva un problema más grave y es que no es nada creíble y le hace un flaco favor a la historia que la policía se comporte de esta manera. Entendería si el humor o la comicidad fuera el motivo pero no es así.
En tercer lugar el manejo del tiempo y cómo este se narra. Me explico. La acción de la película transcurre durante dos días pero nos ha parecido una semana y no necesariamente porque la película sea más o menos larga si no porque no muestra un parámetro temporal, una seña, algo.
Reitero mis disculpas. Parafraseando «al Juancar» solo me queda añadir: «Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir.»
No engaño a nadie si digo que esta película es aburridísima. Os juro que si hubiera visto la Snyder’s cut esa de cuatro horas de la liga de la justicia de la que todo el mundo está hablando y que tampoco me interesa lo más mínimo, creo que se me hubiera hecho más corta. Qué sopor.
Realmente los primeros veinte minutos están medio interesantes, pero es que una vez queda descubierta la trama, ¿cuál se supone que es el incentivo para seguir viéndola? Te pasas dos horas viendo a unos policías totalmente incompetentes intentando resolver un crimen que para ti ya está resuelto porque te lo han contado en el minuto uno. Os juro que no he encontrado una sola motivación para seguir la historia con interés. Ni la relación del prota con la niña (¿se supone que hay una evolución ahí?), ni la huída de Mi-Jin, ni nada. Por descontado, tampoco me interesaba nada esa batalla final – vendetta cuando ya habían muerto todas las víctimas posibles.
Si me pedís que reflexione un poco sobre la película, diré que igual sí que hay algo de machismo en la sociedad si un tío soluciona sus problemas de erección matando mujeres. Pienso yo eh, tampoco soy un experto. Y ya se que el muchacho en cuestión aparte de vivir en la sociedad en la que vive igual tiene algún cortocircuito más en su cabeza, pero al margen de este caso concreto, sabemos todos que en esta nuestra comunidad tener la polla dura siempre es un plus y un motivo del que presumir.
Luego está el tema de que toda la trama se desencadena porque a un proxeneta le han ROBADO una puta. No creáis que era una especie de rescate altruista a otro ser humano, es que ella valía 20.000 euros. Al final, a base de martillazos en la cabeza, acaba sintiendo un poco de empatía por ella e incluso sufre por su muerte. Los héroes de Hollywood cada vez son más raros.
Proxenetismo y asesinatos en Seúl, qué puede salir mal. La persecución de un psicópata es algo trilladísimo y eso le hace perder algo de interés. Está claro que se quiere mantener el nivel de tensión bien alto y creo que hay ratos en los que flojea bastante sobre todo hacia el final, me sobran minutos.
Como puntos positivos creo que toda la trama policial gestiona muy bien el ambiente de cine negro y las escenas de violencia gore, aunque son claramente un exceso, se encajan bien. Destacar también como empieza la historia: rápida, dura, concisa, dejando alguna incógnita pero sin resultar demasiado criptica como otros thrillers asiáticos. Luego ese valor se pierde estiran mucho el chicle.
En cuanto a los protagonistas se agradece que no entren en profundidad en sus motivaciones y sus historias personales ni en juzgarlos, al final son personajes terribles los dos y entrar ahí creo que hubiera restado. De hecho creo que toda la explicación del pasado del ex policía perseguidor es lo que quitaría para mejorar
Toda la trama persecutoria no me consiguió enganchar del todo.
El final es otro acierto, los buenos no siempre ganan.
Hace ya unos días que vi la película y cada vez tengo menos cosas de las que hablar sobre ella. En general la viví entretenida, pendiente de todo, incluso me atrevo a decir que con tensión. Pero son esos pequeños detalles los que me hacen perder la fe. Pequeños detalles como que alguien clave un punzón de 4 cm. de diámetro varias veces seguidas en el cráneo de una pobre muchacha y que para nada muera. Detalles como que tengamos que posicionarnos a favor del proxeneta o del asesino.
Pero bueno, yo siempre estoy a favor de que muera el protagonista, de que no haya beso final ni historia de amor, así que en el fondo he sentido un poco de placer cuando la historia no ha acabado bien. Y el ritmo no ha decaído así que, mira, damos el aprobado a la peli.
Mientras tanto sigo en mi trabajo de ver cine asiático para poder dejar de compararlo todo con Parásitos. Porque claro, es que nunca hay comparación.
Chugyeogja o como revivir un sinfín de películas de este estilo. Me dio la sensación de estar viviendo un deja vu continuo. Pocas cosas se pueden rescatar que hagan de ella una película que deje poso. El protagonista es el archiconocido malote con el que pretende que acabemos empatizando. A través de la venganza, la culpabilidad y una niña. Para colmo es un ex detective que el solo vale más que todo el cuerpo, que lo único que hace es molestar. El malo, un psicópata al que no se le pone (esto me recordó a Sin City). La narración se deja entrever casi desde el principio y prácticamente no deja ningún giro sorprendente. Además la estética y las escenas violentas también me dan una sensación de no distinguirse del género.
Esa es la impresión general que me impide disfrutar de la película. Aun así he de reconocer que tiene una puesta en escena que promete pero que pienso que se desarrolla demasiado rápido y un ritmo vivo que te ayuda a no prestar atención a todos estos errores y mantenerte siempre entretenido.
Hay escenas muy crudas de las que se ayuda el director para mostrar el lado más oscuro del ser humano. Yo he de decir que me cuesta empatizar con ninguno de los personajes y deambulo por todo el visionado como si de un videojuego se tratase, intentando llegar al final salvando a la niña pero deshumanizando por completo a todos los personajes. Se le puede echar la culpa a mi afición por los videojuegos o al olor a refrito de otros thrillers pero el caso es que no me hace sentir nada.