Rocío Mesa (2022)
Esto es un poco Déjà vu. La película, porque me recordó a muchas otras (Alcarrás feat. Marlboro) que ahora son un poco la moda española, y la crítica que voy a escribir, porque me suena a que la he escrito varias veces antes. Nada de esto me parece negativo, muy en serio lo digo. La época de Scorsese terminó en España (o al menos en mi burbuja, que digamos es mi España y la España que quiero, aunque este es otro tema) y ha comenzado la década de la triada de directoras a la que parece que siguen otras. Digamos: Carla Simón, Pilar Palomero, Clara Roquet. Me gustaría ver mucho más de Rocío Mesa en el futuro, sí lo digo, y es que la suya ha sido una buena entrada por la categoría New Directors.
Algunas cosas, precisamente por lo que he comentado antes, sentí que las había visto ya últimamente mucho y contadas de forma similar: relaciones familiares, vida de pueblo, transición familiar y rural, deseos de evolucionar, pérdida de raíces. Quizá me faltó un puntito más, algo que me sorprendiera. Ahí debería haber encajado la criatura hecha de hojas de tabaco, pero ese realismo mágico tampoco fue para mí lo mejor de la película. Lo mejor, sin duda: los abuelos. De todas las generaciones que se muestran, fue mi favorita con diferencia por lo crudo y el cariño, aunque la escena donde observan a los chavales con la diana y se mezcla un poco todo, esa escena está hecha de oro puro. Esa y la de la familia comiendo, que el resto de mi vida podría ver solamente escenas de familias a la mesa y sería suficiente para mi felicidad.
La historia de la adolescente, las aspiraciones vitales y la droga en el pueblo se transformó en algo verdaderamente interesante hacia el final, cuando madre e hija por fin se encuentran y mantienen la primera conversación importante entre las dos, una se sincera y la otra inevitablemente madura con ello.
No sé, Secaderos es muy bonita, muy mágica. Pero la magia termina de pronto con el metro y el colegio en Delicias y yo, como Vera, quería quedarme en ese pueblo de Granada todo el verano.