Toni Erdmann

Maren Ade (2016)

Adoro los personajes extraños que crean situaciones inverosímiles y hacen pasar vergüenza ajena a todo el personal. Por eso soy superfan de lo Coen y sus innumerables personajes extravagantes. De estos ya he abusado en este club y Toni Erdmann era una recomendación que tarde o temprano iba a caer. Y es que esta película no solo tiene un protagonista con el que me descojono si no que también un trasfondo con mucha miga y con el que me es mas fácil (por suerte) sentirme representado que con Mustang. Tengo curiosidad por ver como la vais a puntuar, mi predicción es que va a haber opiniones bastantes dispares.

Toni Erdmann es un tipo que le gusta bromear. Un tipo al que ves desde fuera y le adivinas las buenas intenciones pero que si eres su hija entiendo perfectamente que le quieras matar. El trasfondo sobre el que reflexiona el film se resume muy bien en una de las escuetas conversaciones de padre e hija en la que hablan de la vida y el famoso propósito. Lo mejor de la película es ver como evoluciona de una forma sutil, debajo de toda esa maraña de imbecilidades, la desgastada relación padre e hija. Ademas tenemos una infinidad de comportamientos y detalles que definen la vida empresarial y la sociedad occidental en la actualidad.

Es graciosa, no pasa desapercibida y ademas deja un mensaje sobre el que reflexionar. Como parte negativa diré que hubo momentos que se me hizo un tanto repetitiva, sobre la mitad del metraje daba la sensación de estar un poco estancada y acaba haciéndose larga.

En los primerísimos minutos de película ya se nos presenta esa dualidad Winfred/Toni, una especia de Jekyll y Mr. Hyde humorísticos, esta es la tónica general que seguirá toda la cinta: la dualidad entre tragedia y comedia. De este modo su directora, Maren Ade, parte de la comedia clásica para reformularla con una simple idea: el disfraz.

Lo que empieza como una sátira desordenada acaba tornándose en una melancolía casi patética que usa el disfraz, hablo de Winfred, como vía de escape y método para ocultar sus heridas. A su vez considero que dicha forma de comedia es el género idóneo para la vuelta a la reconciliación entre ese padre agotado y esa hija rígida y fría.

La irrupción de ese álter ego, Toni, tarda en llegar en pro de la presentación del personaje de Inés y me encanta. No puede gustarme más una buena presentación de personajes que no tiene por qué ser larga pero sí certera para luego entender sus comportamientos. Un ejemplo fuera de Toni Erdmann sería la presentación del personaje de Vicky Luengo en Antidisturbios, sutil y maravillosa.

La película, según avanza, se convierte en una caja de sorpresas debido a la mezcla de sus dos personajes principales y vemos cómo la comedia cambia de dueño y esta vez cae sobre Inés que tiene que desenvolverse en unos aprietos de lo más divertidos.

Estos aprietos culminan con la escena de la fiesta, sin duda de mis favoritas dónde todos acaban desnudándose, tanto real como metafóricamente, donde por fin se obra el milagro y ese lazo paterno-filial vuelve a unirse en ese profundo abrazo.

Destaco dos frases a lo largo de la película:

-¿Eres humana?- espeta Winfred a su hija.

-Si fuese feminista no te aguantaría, Gerald.- dice Inés a su compañero de trabajo quedando así reflejado su rol masculino en el mundo laboral, simplemente un ejercicio de supervivencia.

A estas alturas de la pandemia cualquier película con una escena de discoteca se convierte automáticamente en imprescindible para mi. Creedme si os digo que bailar Safe and sound seminconsciente, a oscuras y rodeado de gente está en mi top3 de objetivos vitales.

Toni Erdmann tiene muchas cosas y todas ellas son raras. He pasado las tres horas que dura entre el aburrimiento y la incredulidad. Pastelitos de semen, dentaduras postizas, disfraces y comportamientos a cada cual mas extraño. Claramente no busca ser realista, pero that’s okey. No siempre el cine tiene que ser un reflejo de la realidad y yo en este caso compro la propuesta, aunque en algunos momentos me pierda un poco.

Pero si por algo le doy 4 estrellas (además de por la escena de fiesta y el momento karaoke con Toni al teclado) es por el debate que presenta. Ya digo que no me parece una película con un tono realista, sin embargo esas dos “propuestas vitales” que plantea con los dos personajes protagonistas, me parece que da para reflexionar sobre cual es el camino correcto en la vida, si es que lo hay.

Estando los dos zumbados como lo están, yo si tuviera que elegir me quedaría con la vida “sin ambiciones” del padre. Es curioso como a él se le ve como un loco excéntrico y a ella como una empresaria más, prácticamente el modelo de ciudadano a seguir.

Me ha recordado a cuando ves una película en la que se muestra algún tipo de injusticia social de alguna minoría desfavorecida y te das cuenta de tus privilegios y aprendes a valorar tu situación. En este caso me pasa igual con la vida de Ines, pero a la inversa. Y es que espero no llegar nunca a esa obsesión por el trabajo, el estatus social, el dinero o lo que sea que persiga esta muchacha. Personalmente prefiero acabar debajo de un puente jugando al ajedrez con un mendigo que con la vida de esta mujer.

Raúl Cimas cada día hace papeles mas raros.

El tema que toca esta historia me parece muy interesante, siempre he sentido cierta curiosidad por ver cómo viven ciertos jefes psicópatas, con los que seguro nos hemos cruzado todos. Esta película da la oportunidad de meterse un poco en ese mundillo de deshumanizada locura empresarial. El toque estrafalario de todo lo que rodea la ficción la hace “algo” aguantable las casi 20.000h de película submarina…. t’has passat nen

Una workaholic muy competitiva al borde de la desaparición total como ser humano y un padre que intenta salvarla de sí misma o más bien sacarla de la madriguera de conejo en la que se ha metido hasta ahí premisas muy interesantes. La ansiedad por el estatus que trasmite ella está muy bien captada, la motivación del padre se me queda floja, a ratos está ahí más para joder que para ayudar.

Hay quien dirá que el guion narra con tranquilidad la situación yo digo: ME ABURRO. Lo que se pase de los 90min tiene que estar justificado, y en este caso no lo veo. Hay muchas ideas que están ahí metidas con calzador que no van a ninguna parte inconclusas y que hacen más mal que bien al ritmo de la película. Me refiero por ejemplo a todo el discurso moral sobre cómo estos ejecutivos sin moral usan el progreso de un país corrupto para hacer caja todo ello viviendo a todo tren OK pero eso es otra historia: no le eches aguacate al cocido.

El original humor grotesco dirán algunos yo digo ALEMANES=CERO GRACIA. El humor teutón solo consigue ponerme de los nervios. Si hay momentos de guion con unos diálogos y situaciones de tensión que están muy bien traídas. Pero se queda todo como una colcha de patchwork muy bonita para tu IG de furgo hippie pero poco útil para dormir.

En general está bien es muy “atrevida” rara y siempre está bien salirse un poco de lo trillado. Pero, hete aquí que las cosas especiales a veces son también un tostón. 

Es 8M y he terminado de hacer mis tareas a las 22.49. Y ahora me he puesto a escribir esta crítica porque mañana no voy a tener tiempo y es el último día para que Enrique las suba. O sea que pongamos que hasta dentro de un rato no habré terminado de verdad mis tareas. Y aún me queda preparar la comida de mañana, meter los restos de la cena de hoy en tuppers y fregar. Así que definitivamente terminaré de hacer mis tareas ya el 9 de marzo.

Estoy cansada. Normalmente estoy cansada, pero hoy más. Cuando me siento a ver una peli dejo encendida una pequeña luz y me acabo quedando dormida. Así que esta película de casi 3 horas la tuve que ver en tres tandas distintas. La dejé a medias por tener tareas que hacer (el segundo día) y por quedarme dormida por la noche (el primero).

Como hoy es 8M no me voy a sentir mal por haberla visto en tres tandas, como normalmente me pasa, o por cerrar un poquito los ojos (el alemán no ayuda). Tampoco me siento mal por haber estado perdida los primeros veinte minutos cuando se supone que presentan a los personajes. Estaría pensando en otra cosa, quizá que iba a llover y tenía que meter el felpudo dentro. Al final no lo metí y ahí está, mojado, inútil, esperando al buen tiempo.

Por si fuera poco, esta película muestra muchas horas de reuniones de trabajo, como si no tuviera ya suficiente con lo mío. Cuando creo que con un par de reuniones nos habría quedado igual de claro que sí, Inés, estás muerta por dentro y requeteobsesionada con un puesto que has logrado siendo fría y distante, porque de haber sido de otra manera te habrían juzgado o probablemente no hubieras llegado.

También estoy muy en contra de su padre, no puedo empatizar con él. No solo porque los dientes falsos me dejaron de hacer gracia cuando aprendía a gatear -y considero mi vida igual de plena sin ello-. Pero sobre todo, porque es un señor que llega a meterse en medio de la vida de otra persona. Ha decidido interrumpir. Se dedica a aparecer por todas las esquinas, generar ansiedad a su hija y hacerla perder su concentración. Como el típico hombre que pide caso aquí y ahora porque no hay nada más importante que él, incluso en el 8M. Me parece súper irrespetuoso que una persona le diga a otra cómo debe vivir su vida. No me importa si es un padre intentando hacer reír a su hija y replantearse su existencia. Hay maneras menos invasivas.

No voy a hablar de los aspectos técnicos porque no me apetece. También me ha pasado que no he querido buscar si he cometido laísmos o no. Así se queda mi texto. Ahora son las 23.16 y me voy a fregar. Pienso que de Toni Erdmann he sacado una reflexión en claro, y es que lo que de verdad me gustaría haber hecho hoy es escuchar a todas las mujeres en la calle cantar a gritos Whitney Houston.

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