La Vénus à la fourrure

Roman Polanski (2013)

El primer error contundente fue ponerla en francés sin tener ni papa con unos subtítulos que dejaban bastante que desear. Si la película ya tiene de por si un argumento que baila entre la ficción y la realidad y juega al despiste con sus dos únicos personajes yo ya jugaba a hacer malabares con los subtítulos, el guion intenso e intentar prestar algo de atención a las interpretaciones. Aun con todo ello me consigue enganchar y meterme en su juego hasta los créditos lo cual habla muy bien del trabajo que hay detrás.

Las películas limitadas a un espacio y varios actores siempre son arriesgadas y he visto mas fracasos que aciertos. Grandes discusiones he tenido con Enrique sobre lo sobrevalorada de The Man From Earth y por ahí buried podéis encontrar la crítica en la web si sois un poco frikis. En este caso me parece que el riesgo mereció la pena pues me engancha desde el primer momento ese juego que propone y las interpretaciones son un autentico gustazo.

El atrevimiento de concentrar todo el largometraje en un solo escenario, con dos únicos actores, puede salirte muy bien o muy mal, en este caso yo me desvió hacia la segunda opción.

La historia no me llama la atención y, por ello, no me atrapa. Ese artista volcado en su carrera que necesita a la actriz exacta para su función y se enfada con todo aquel que le rodee (es decir Roman Polanski). Esa “actriz” envalentonada, descarada, extrovertida y desvergonzada que más bien parece que está interpretando el papel de su vida pues la línea que separa a ambas Vandas es muy fina. ¿No os da la sensación de que la Vanda que vemos en la ultima mitad de la película es la verdadera? Al principio se muestra una chica deslenguada, atrevida y, según ella, inculta pero conforme va avanzando esta historia sabe perfectamente donde está, se sabe todo el guion e incluso usa términos que sorprenderían, y mucho, a la Vanda del principio. ¡Además da lecciones de sexismo!

Esto puede ser, por lo que he podido entender, porque tanto ella como Thomas se van metiendo cada vez más en la función y esta se va separando de la realidad como ambas Vanda(s). Qué queréis que os diga: no me convence. No me convence la historia, la forma en la que está contada, los personajes histriónicos, las acciones y actitudes que van tomando cada uno de estos..etc.

Me resulta aburrida porque en una obra con tan solo dos personajes estos deben ser atrayentes e interesantes pero, al menos para mí, no lo son. Técnicamente, si se puede salvar algo, tiene su encanto y para de contar.

Siempre me han fascinado estas películas minimalistas en las que toda la acción se desarrolla en un mismo escenario, con unos pocos personajes y en la que todo el peso de la misma recae en el guion y en las actuaciones. Por alguna razón esto me parece más meritorio que aquellas que dan mas importancia a otros apartados, supongo que son gustos personales.

Me vienen a la mente algunas películas que pertenecen a este selecto club (y que me encantan) como The man from Earth, Buried o Carnage. Incluso me ha recordado en ciertos aspectos a Dogville, que los más veteranos del club del cine recordarán.

Partiendo de que estas películas son mi punto débil, era muy difícil que esta me defraudara. Y pese a que la trama no me llama especialmente y me cuesta empatizar con estos dos intensos, me la he tragado enterita sin pestañear. Admiro que consiga mantener mi interés con solo dos personas hablando durante una hora y media de cosas que me interesan más bien poco.

Ya desde el principio se genera ese clima de tensión y consigue mantenerlo (e incrementarlo) hasta el final. Resulta agobiante pero a la vez satisfactorio ir viendo como se difuminan las lineas entre la obra y la realidad de estos dos tipos, además de ver (o más bien intuir) como ella va haciéndose con el dominio de la situación.

¿O el dominio lo tuvo siempre él?

Como dije al principio, no soy tan intenso así que el debate filosófico no me interesa mucho. Me conformo con haber disfrutado de esa tensión incómoda durante todo lo que ha durado y poder añadirla a mi lista de películas-en-una-habitación.

Película de guion con solo dos personajes y un escenario, si no se hace bien es catástrofe asegurada. Aunque otras pelis con este formato, como la Huella o “Un dios salvaje” (2011) también de Polanski, me suelen gustar, pero en este caso no le encontré la gracia. Disclaimer: La vi doblada porque se me hizo bola el francés a los 10 min

La protagonista, cuando es ella misma, es un popurrí de lo que el señoro Polanski debe pensar que es una persona frívola de clase baja, demonización de la clase obrera que ya me pone de los nervios. Cuando se planta en el papel de la obra de teatro, es una madame cultísima aguda y manipuladora, una femme fatale, otro estereotipo manido y viejuno. inteligente y retorcida.

Todo el rollo sadomasoquista tiene también un olor a la movida madrileña que tira para atrás, los años ochenta debió ser el punto álgido de la vida del bueno de Roman y se quedó allí a vivir en su cabeza parece. ROMAN BOOMER CABRÓN. No sé creo que no soy el público para esta trama de hecho me dio asco y vergüenza ajena. Pensar que La semilla del diablo y Chinatown las hizo el mismo tipo, en fin, que deje de hacer pelis por dios.

En el apartado de lo que está ok, los diálogos están bien y los actores más ella que él están muy bien también.

La verdad es que elegí esta peli sin indagar demasiado, básicamente porque era una de las pocas de la filmografía de Polanski que se me escapaban. Y como casi siempre, no puedo decir que me arrepienta.

Sin ser una película deslumbrante, encuentro mucho talento en ella. Roman Polanski, director consagrado cuyo trabajo detrás de la cámara nos ha regalado maravillas como La semilla del diablo o El quimérico inquilino (esta última se la recomiendo encarecidamente a cualquiera que disfrute el terror psicológico), consigue de nuevo un clima de desasosiego únicamente en un escenario y con dos actores. El juego de la cámara sumado a la magnífica iluminación del filme ayuda al espectador a integrarse dentro de ese ensayo, en el que tanto Emmanuelle Seigner como Mathieu Amalric no es que hagan un buen papel, es que se mimetizan del todo con sus personajes. A Amalric no le conocía de nada, pero por alguna razón me ha recordado enormemente a un joven Polanski, a menudo interpretado por el propio Polanski en alguna de sus primeras películas. No sé si dicho parecido ha sido buscado o si ha sido el azar, pero a mi me ha recordado enormemente a él. Respecto a Seigner, creo que no exagero si digo que nunca la había visto tan bien. Su madurez no podría sentarle mejor tanto físicamente como a nivel interpretativo, regalándonos un personaje lleno de matices.

Por último, respecto al argumento de la película, me gustaría destacar la retorcida manera que tiene Polanski de mezclar fantasía y realidad, confundiendo al espectador casi tanto como al propio personaje de Amalric, y descolocándonos en todo momento con la manera de actuar de Vanda, así como el desarrollo frenético que en apenas hora y media logra llevarnos a un clímax en el que la mismísima Diosa del amor se cobra su venganza ante ese hombre que creyó poder cumplir todas sus fantasías a costa de ella.

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