La consagración de la primavera

Fernando Franco (2022)

Hay varios melones que abrir con esta película así que empezaré por el más obvio: la sexualidad en las personas con parálisis cerebral.

Ciertamente me parece un tema importante al que dar visibilidad y sobre el que generar debate, e inevitablemente esta película lo consigue. Ahora bien, chirría bastante que un tema tan delicado apenas genere conflictos en la trama. Todos los personajes actúan con una naturalidad pasmosa ante cosas que claramente no son habituales ni fáciles de gestionar.

Si lo que se pretende es visibilizar de alguna forma esta figura del asistente sexual (tremendo eufemismo) sin demonizarlo, igual podrían haberlo hecho de otra forma.

Porque resulta que la protagonista está encantada de cobrar por tener sexo con David y no debería haber nada de malo en ello porque lo elije libremente y con conocimiento de causa. ¿O no?

Igual la madre (que es una persona adulta y supuestamente buena persona) o el propio David (que de cuerpo no, pero de cabeza está estupendamente), deberían haberse percatado de que Laura estaba en una situación de vulnerabilidad. Así que sepamos: era su primera vez fuera de su casa, con 18 años, en una ciudad como Madrid sin conocer a nadie, sin experiencia sexual (y con algún problema que dejan entrever) y sin más dinero del necesario para subsistir.

Vaya vaya Isabel, igual en vez de hacerle torrijas tendrías que haber pensado un poco en su situación. Pero era más fácil darle 20 euros extra. Según lo pienso, peor persona me parece. “Para él significaría mucho que vinieras a su cumpleaños”.

Menos mal que la chavala tiene la clarividencia para salir de esa situación. Y encima todavía hay que escuchar que es cruel al “dejarle”.

La verdad, echo de menos algún atisbo de duda en David o su madre a la hora de tratar con Laura. En su momento no lo vi tan exagerado pero pensándolo en frío me están pareciendo un poco psicópatas.

Es una pena que algo así empañe la experiencia que debería estar viviendo alguien que se independiza y cambia de ciudad, que por otra parte es lo mejor de la peli: ver Madrid y su vida universitaria.

Eso sí, lo que me ha sacado completamente de la película son los diálogos, que me resultan completamente artificiales y que los podría firmar cualquier alumno de primaria en sus primeras clases de inglés.

– Hello. How are you?

– I’m fine. And you?

– I’m good. Do you like music?

– Yes. I like Mozart.

– I don’t like Mozart.

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