Citizenfour

Laura Poitras (2014)

 

  • ¿Por qué Citizenfour?

Tengo una lista de películas pendientes muy extensa, así que a partir de ahora todas mis recomendaciones vendrán de ahí, a ver si consigo hacer que disminuya. No recuerdo concretamente por qué está Citizenfour en esta lista, pero nunca está de más una buena teoría de la conspiración. Y quien dice teoría, dice puta realidad.

 

Reconozco que en los primeros minutos del documental estaba un poco perdido. Creo que tiene un inicio un tanto confuso para lo simple que es su propuesta: un tío destapando secretos. En cuanto empiezan las conversaciones en el hotel todo coge forma y se vuelve interesante. De hecho, a partir de este momento se me han hecho especialmente cortas las casi dos horas que dura, pese a no tener tampoco unos giros argumentales impactantes o unos diálogos brillantes.

Todo el peso del documental está en lo que cuenta. Y es que es tan impactante que casi da igual cómo lo haga. Un chaval que decide publicar los secretos mejor clasificados por puro altruismo (o esa sensación da al menos) tiene que captar necesariamente toda nuestra atención. Las barbaridades que hacen los gobiernos en nombre de la libertad y seguridad de los ciudadanos es un escándalo, y como tal, es normal todo el revuelo que generan estas filtraciones.

Pero como todo escándalo, lo es por un tiempo determinado. En su día esto era noticia en todos los telediarios y la gente se indigno un rato, pero el tiempo va pasando, la maquinaria va haciendo su trabajo. Hoy ya casi ni nos importa que cada quince días haya un juicio a Mark Zuckerberg, aunque luego al encender el ordenador en tu casa te aparezca recomendado un video de un tema del que hablaste con tu compañero de trabajo por la mañana mientras desayunabas.

En fin, es un poco descorazonador. Parece una lucha imposible de ganar. Aun así se agradece que de vez en cuando aparezca un Snowden que de un tirón de orejas al sistema, aunque sea algo pasajero.

Dicho esto, la figura de Snowden me resulta un tanto inquietante. No sólo tiene unos conocimientos técnicos brutales, también parece súper inteligente y con unas capacidades sociales enormes. Las suficientes al menos para llegar a un puesto de alta responsabilidad en la NSA. Y encima lo hace joven, a los 29 años. Y es que encima es guapo. Incluso actúa bien delante de la cámara. Joder, tanta perfección me hace desconfiar un poco, y ya lo siento.

No quisiera acabar esta crítica sin hacer mención al presidente más molón de los Estados Unidos, Barack Obama. Hace años ya vimos en El club del cine un documental que no le dejaba en muy buen lugar (Inside Job, sobre la crisis de 2008), y ahora volvemos a ver actuaciones suyas de dudosa moralidad. Resulta que no vale con ir de moderno y tener eslóganes motivacionales, también hay que tomar decisiones acorde.

Fuck you Obama! Devuelve el Nobel de la paz que nos estafaste.

Estos documentales, en los que poco importa la forma y tanto importa el fondo, son imprescindibles. Qué más dan los planos o los desenfoques cuando se están contando hechos como este. Y aun así, este docu no deja de venderse de forma más o menos sensacionalista con frases escritas en folios por miedo a escuchas o un «that’s fucking ridiculous» en medio de tanta seriedad. Bueno, tampoco íbamos a tragarnos los miles de folios filtrados si no nos dan un poco de carnaza.

Lo más importante es que Edward Snowden tiene 29 años cuando salió todo esto, igual que yo ahora. Él filtrando información crucial, yo comiendo risketos un viernes por la tarde. Además de esta información tan relevante, he de decir que en algún momento me han dado escalofríos. Hemos aceptado con total naturalidad que los gobiernos y las empresas saben todo de nosotros, pero creo que nos viene muy bien recordar de vez en cuando que es gracias a pocas personas que lo sabemos con un poco más de transparencia. Creo que merecen ser recordadas.

Y aun así y con todo, se me ha quedado un poco anticuado esto de que nos espían. Ya es obvio y está totalmente aceptado. Sabemos hasta que nuestras aspiradoras hacen mapas de nuestras casas y los venden. Y ahora, ¿cómo podemos enfrentarnos a todo esto?

También quiero comentar otra cosa sobre Snowden, que he estado investigando sobre él. Que su mujer sea bloguera e instagramer me hace pensar que o no se ha enterado de la movida o que nada era tan grave. De un señor que desconecta el teléfono de su hotel no esperas que se líe con una señora que etiqueta a 20 empresas en sus post de instagram.

Para terminar, me quedo con el cameo de Julian Assange. Este mes se decide su extradición a USA, y el club del cine elige películas en el momento adecuado. Y lo más importante, el mejor comentario que he leído en letterboxd: “The only crime Edward Snowden committed is being hot as hell”.

“Esto no es ciencia ficción” dice Snowden en uno de los planos del documental y la verdad cuesta creérselo. La historia podría ser la bomba, plagada de conspiraciones, espías, dobles espías, manipulaciones, hombres en la sombra y un largo etc . Pero no, estamos ante la realidad cotidiana de gobiernos y servicios de inteligencia.

El impacto social de las filtraciones de Snowden hace siete años es evidente, la protección de datos es un tema continuo en el día a día, casi se puede contar como una de las grandes preocupaciones del ciudadano occidental, completamente emparanoiado con el uso de sus datos. Aun mas paranoico se ha vuelto la propia legislación, que sin calmar la histeria ha convertido la red en un sin fin de acuerdos y permisos. El pretexto del terrorismo para causar miedo y así controlar y monitorizar la vida de los ciudadanos no ha menguado actualmente y sigue dando un rédito impresionante, sea dicho de paso, a la industria de la seguridad privada. Y visto lo visto la preocupación es completamente justificada pues las consecuencias de tener el mayor grado de vigilancia de la historia ya se hacen notar en el comportamiento humano. Me quedo con la reflexión que hace en un momento dado sobre el principio de internet y la cantidad de cosas que aporta y la degeneración mas absoluta y perversa que puede sufrir.

El documental es un imprescindible como documento histórico de uno de los personajes de nuestro siglo. Sin duda es interesante ver de primera mano el conflicto personal que se va desarrollando según hace efectiva las filtraciones y lo que sera el fin de su vida normal. En cuanto a la información global que aporta me resulta un poco insuficiente y es casi inevitable no lanzarse a googlear nada mas terminar de verlo, aunque entiendo que no es el fin de la cinta.

Los primeros dos minutos, en los que se lee un email, ya son suficientes para estar dentro. Para querer saber más. Minutos después Laura Poitras nos avisa de la persecución a la que fue sometida tras el estreno de su primer documental, centrado en la Guerra de Irak, y de cómo pasó a formar parte de una lista negra secreta de individuos a seguir por el Gobierno. Lo que nos podría parecer un documental ficcionado o una nueva versión de ‘1984’ no lo es. Miedo.

Citizenfour supone una radiografía sobre los mecanismos de seguridad del estado para, a priori, evitar posibles ataques terroristas –al menos este es el concepto o la excusa-. ¿Qué precio se está dispuesto a pagar para que se “garantice” la “seguridad”?

Uno de los nombres que seguramente, incluso antes de ver el documental, te haya venido a la cabeza es el de Edward Snowden. Aparece. Claro que aparece. Lo que más risa me hace es el momento en el que fue llamado antipatriota por Obama. Sí, Obama. Ese que recibió el Nobel de la Paz por ser el primer presidente negro de Estados Unidos –“Ay, el bueno de Obama”- pero después mantiene Guantánamo y ataca a Siria. Vaya, Vaya, Obama.

Paradojas a parte, sobra decir lo interesantísimo que me ha parecido el documental por todo lo que se ve y lo que no, es decir, el debate o las dudas que pueden generarnos en nuestro sofá. ¿Hasta qué extremo se nos intervienen conversaciones telefónicas, correos electrónicos o búsquedas en Internet? ¿Es lícito violar la privacidad de las personas para “asegurar” la seguridad de una población? ¿Quién tiene “el derecho” a hacer estas cosas?

Lo difícil de un documental es mantener la atención y el interés del espectador y creo que Citizenfour tiene esta tarea pendiente. Las entrevistas a Snowden se me hicieron un pelín pesadas y otro hecho que tampoco juega en su favor es la duración. Pero todo lo demás, magnifico.

2 comentarios en “Citizenfour

  1. Tras esperar una semana para leer las críticas a la nueva película escogida me vuelvo a llevar la decepción de que falta la opinión de Guillermo L. Ya vas dos películas seguidas y como fiel seguidor del club espero que se tomen medidas ante tal falta de actitud. El Club del Cine merece mejores críticos y personas que el tal Guillermo L.

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